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Historia de Tyris Flare – *La Princesa Amazona #2* : “El Bosque de Rudán’n”

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Historia de Tyris Flare – *La Princesa Amazona #2* : “El Bosque de Rudán’n”  
 
   


Historia de Tyris Flare – *La Princesa Amazona #2* : “El Bosque de Rudán’n”  Tyris_11
     
 
Autor: capc

1.- La historia que van a leer a continuación no está dentro del canon oficial del personaje de la franquicia de Golden Axe de la Co. SEGA.

2.- Todos los derechos reservados y demás pertenecen a la compañía/persona que ha creado al personaje o personajes, imágenes y demás que se mencionan, muestran en estas historias elaboradas por mi persona.  

3.- Son historias que comparto sin fines de lucro, solo para mostrarles mi arte a las personas que les gusta este mundo de los bárbaros y amazonas de la época antigua.    


Personajes/Lugares creados por mi persona (capc):
Akanán : Es el Jefe del grupo de aventureros de Trymas.
Akavan : Es la región en donde se encuentra el valle de Kocega.
Dryjas : Es una secta oscura integrada por salvajes del valle de Tybek.
Dyanna : Así se la conoce a Tyris en la región de Akavan.
Helgala : Jefe de la aldea de Sylekha.  
Kocega : Es el Valle en donde se encuentra la aldea de Sylekha.
Rudán’n : Bosques que se encuentran en las tierras de Kocega.
Sylekha : Es el hogar en donde se encuentra la bella amazona Tyris.
Sylekha –Trymas : Es el nombre del grupo de aventureros de Dyanna Tyris.
Trymas : Es un grupo de aventureros en el que se une en aventuras la amazona Tyris que luego terminaría llamándose Sylekha –Trymas.
Vadarán : Es uno de los miembros del grupo de aventureros de Trymas.
Valeska : Es una de los miembros del grupo de aventureros de Trymas.




Historia de Tyris Flare – *La Princesa Amazona #2* : “El Bosque de Rudán’n”



I
Después de haber salvado a los niños secuestrados por los salvajes sectarios de la tribu de Dryjas, y de haberlos regresado a su hogar, la heroica amazona, Dyanna Tyris Flare, regresa a su hogar en el valle Kocega, pero esta vez, acompañada de su nuevo grupo de aventureros. Por el camino de regreso al cálido hogar de la buena guerrera, viajaba ella montada de su caballo de pelaje marrón, acompañada de tres jinetes, ellos eran; el líder del grupo, el guerrero Akaván, el enorme bárbaro Vadarán, y la esbelta hechicera Valeska… y en el transporte de cuatro ruedas, se encontraban dentro el goblin “Orhike” y el duende “Stingel”… Y en las riendas de cuatro caballos estaba el monje “Vilnirius”, acompañado del enano “Grobun”. El jefe de la aldea de Sylekha les da la bienvenida. Bienvenida de regreso, mi señora portadora de justicia… ¿cómo les fue en aquellas corruptas tierras?, le pregunta el anciano de nombre “Helgala” con rostro de alegría, y con ambos brazos extendidos. La mujer de la aureola de metal en la cabeza le agarra ambos brazos acompañada de una blanca sonrisa, y luego le dice: Tuvimos éxito mi querido amigo, hemos regresado la felicidad a once hogares.  


II
El anciano jefe de la aldea quien estaba acompañado de muchos aldeanos le dice a la amazona: Dentro de poco muchas personas de Akavan que necesiten de vuestros servicios, vendrán hasta nuestro humilde Sylekha, para buscar contratar a nuestra hermosa amazona y a sus buenos compañeros de aventuras. Así es mi querido Helgala, esta nueva hermandad desde a partir de hoy vivirá en Sylekha. Pero mi joven señora portadora de Justicia, vuestros amigos tendrán un hogar al que querrán regresar. La mujer de los largos y rojizos cabellos mira a su compañero de aventuras y quien era el líder del grupo, y le dice: En vuestro regreso de aquellas corruptas tierras, vos me dijisteis que vos y vuestros camaradas viajan de aquí y allá, para completar peligrosas aventuras… y no tienen un hogar fijo… Te vuelvo a preguntar mi buen Akanán; ¿Estás seguro que tú y tus compañeros de aventuras quieren seguirme hasta su última aventura?. Ya te lo dije Dyanna Tyris, mis compañeros y yo seguiremos a la maestra de la espada… jinete de bestias… y portadora de Justicia, hasta nuestra última aventura en esta vida terrenal. Ella muestra una blanca sonrisa, por las palabras dichas por su compañero de aventuras… palabras que estaban acompañadas de aplausos y vitoreos de los aldeanos de Sylekha.    


III
Ahora Dyanna Tyris y sus compañeros de aventuras se encontraban fuera de su tienda, en un corral de la princesa amazona, que terminaría convirtiéndose más adelante en el hogar de la hermandad de su gremio de aventureros. ¿Qué les parece la idea?. Akanán se frota la barbilla, mientras veía el lugar el cual estaba pensando Tyris convertirlo en el gremio de aventureros cazarrecompensas de Trymas, y luego le dice: Me agrada el lugar, y lo más importante… que se conservara el nombre el cual tiene mucha historia, y un significado muy importante para mí. - ¿Porque no nos lideras mi bella amazona?, mi hacha y mi espada estarán siempre bajo tu servicio – le dijo el enorme bárbaro de la trusa marrón y botas de cuero del mismo color. - ¡Sí! A mí me gustaría que seas nuestra jefa y nos lleves a la victoria en las misiones que tengamos – le dijo el pequeño gnomo del sombrero verde y ojos azules de nombre Stingel. El clérigo del vestido color mostaza y quien era calvo en la coronilla de nombre Vilnirius arquea la ceja izquierda mientras miraba las botas de cuero color sangre, y las rodillas de la bella amazona. Dyanna le dice: El buen Akanán lo está haciendo bien como su líder, así que sea él quien lidere a esta hermandad de aventureros.  


IV
El clérigo de los cabellos negros y calvo en la coronilla le dice a la maestra de la espada: ¿Tengo una curiosidad mi buena amazona?. Ella lo mira al monje del hábito mostaza, y le dice: ¿Y cuál es vuestra curiosidad mi buen Vilnirius?. ¿Porque os alejasteis de tu tierra natal, para terminar en esta región?. Ella se le acerca lentamente, con un caminar casi sensual, y luego le dice: Digamos que… me identifico con estas tierras, que me han bautizado con esa palabra que es muy bien de mi agrado… y la verdad… siento estas tierras como si yo perteneciese a ellas. La hechicera de la melena plateada y verdes ojos le dice: Una vez escuché de niña una historia que me contó mi abuela acerca de una profecía de una guerrera que iba a liberar las tierras de Akavan… Tal vez… tú seas esa guerrera que menciona aquella leyenda. La amazona de la aureola de metal en la cabeza apunta su mirada a la bella maga, y le dice: Tal vez si, tal vez no… la buena gente de Sylekha y aldeas aledañas ya me lo habían dicho antes… pero les digo; amazonas incorruptas como yo hay muchas en estas tierras… y la verdad puede ser cualquiera de ellas. Akanán toma la palabra y le dice a la amazona: Yo digo, que una mujer que puede dar órdenes a un gigantesco dragón con la mente, es sin duda alguna para mí, la amazona que menciona aquella profecía que nos contaban nuestros padres de niños.  


V
Sabes Dyanna, desde nuestra llegada a las tierras de Kocega hemos encontramos una paz aparente en estas tierras, y a decir verdad, no creo haber conocido una aldea más ordenada que esta… es más, antes de conocerte mi bella amazona, no hemos sufrido un intento de asalto por parte de los barbaros salvajes en el camino. La mujer de la trusa roja y blanca le dice: Vos lo habéis dicho mi buen Akanán, la paz es aparente, ya que tarde o temprano podríamos ser atacados nuevamente por los salvajes salteadores. - En mi isla teníamos un serio problema con ese tema de la prostitución… ¿en este lugar lo han podido reducir? - le pregunta la hechicera Valeska. La prostitución y el proxenetismo son los problemas que más aquejan a todo pueblo, y en las tierras de Akavan no es la excepción… Gracias al Dios del cielo y del trueno tenemos ese problema controlado no solo en nuestra cálida Sylekha, sino también en nuestras aldeas aledañas… y pienso que es por lo que encierran estas tierras. El guerrero de los azules ojos, Akanán, asiente por las palabras de la bella amazona… Y él presentía, que la princesa amazona tenía algo que ver para que no se vean mujeres ofreciendo sus carnes a los aldeanos y visitantes a plena luz del día.  


VI
El más corpulento del grupo les dice: Bien, éste bárbaro ira a traer la mejor madera para levantar la casa, ¿Quiénes me acompañan?. Te me has adelantado mi amigo, esa era mi línea… por cierto mi bella Dyanna, ¿Qué lugar nos recomiendas para traer la mejor madera?, le pregunta el líder del grupo de aventureros de Trymas. - En los bosques de “Rudán’n”, tengan por seguro que se puede encontrar el más fuerte pino, cuya madera es de lo más aromática y resistente… el lugar está cerca de hora de viaje en caballo… Pero les advierto; peligro encontraremos en ese bosque por las salvajes bestias que ahí se encuentran. El más corpulento del grupo le dice: Pues tendrán que dejar que nos llevemos algunos de esos troncos, o tendré que emplear mi espada. La amazona del pequeño uniforme rojo y blanco le asiente, y luego les dice: Llevaremos la espaciosa carreta y nos haremos de algunos de esos grandes troncos, ¿de acuerdo?. Muy bien, entonces así será, traeremos esos leños, y levantaremos lo que terminara siendo el gremio de aventureros de “Sylekha –Trymas”. La bella amazona se lo queda mirando al corpulento Akanán, y luego le dice: ¿Sylekha –Trymas?. Así es mi bella Dyanna, lo he pensado bien, y pienso que seremos más conocidos en estas vastas tierras de Akavan, si la gente sabe que en nuestra hermandad tenemos a Dyanna Tyris… la princesa amazona, y la mujer que sin dudad alguna menciona aquella profecía. Ella muestra una blanca sonrisa, besa la mejilla en donde tenía la cicatriz el guerrero de los ojos azules, y luego le dice: Gracias mi buen Akanán, el nombre de nuestra nueva hermandad es muy de mi agrado.


VII
Ya era de tarde… la bella amazona se había dado un refrescante baño, y se había cambiado de traje, por uno completamente rojo. - Bueno, estamos listos para partir a aquel lugar – le dijo el bárbaro Vadarán quien estaba montado en su caballo de pelaje negro. ¡Oik! ¿Y que vas a hacer si te encuentras con un enorme y salvaje oso mi buen Stingel?, le pregunta el pequeño goblin quien era unos centímetros más alto que su compañero. Pues, le pediré que me preste su hacha mi querido amigo Grobun para ahuyentarlo. El enano del casco de metal, en donde se veían dos astas curvadas, esboza una mueca con los labios, dibujando una sonrisa por la ocurrencia de su amigo aventurero. Un joven adolescente quien admiraba mucho a la amazona del rojo ropaje, la ve montada en su caballo de pelaje marrón, el cual caminaba por la calzada, y le grita: ¡Dyanna!. Ella atrapa con su mano derecha una suculenta y roja manzana que le fue lanzada por el muchacho de los azules ojos, quien le mostraba su palma derecha, en señal de hasta luego. - ¡Oye tú! ¡Cuídala mucho, ya que pienso casarme con ella cuando cumpla la mayoría de edad! – le grita el muchacho al guerrero de los azules ojos quien viajaba al lado de ella. El corpulento guerrero quien pasaba los treinta años, aprieta los labios, dibujando una sonrisa, y con su mano derecha levantada en señal de respeto se despide del niño de los rubios cabellos, que no quería que nada malo le ocurra a la mujer que lo entusiasmaba. Y así, los aventureros de Sylekha –Trymas se dirigían al bosque de Rudán’n.  


VIII
Todavía faltaban unas cuatro horas para que se muestre la puesta del sol, y los aventureros de Sylekha –Trymas habían llegado a su destino. El bárbaro, el guerrero, el enano y la amazona se ponen a cortar los imponentes pinos del lugar. Las horas pasan, hasta que la maga Valeska, quien estaba en la parte frontal del transporte de cuatro ruedas les dice: ¡Cuidado! ¡Nos merodean lobos!. Dyanna con voz de mando les dice a sus compañeros: ¡Stingel, Orhike y Valeska! ¡Apoyen con ballestas mientras subimos esos troncos!... ¡Akanán y Vadarán! Suban la madera al transporte… ¡Grobun y yo nos encargaremos de ahuyentarlos!... El plan funciona, los salvajes lobos son ahuyentados por el hacha del fuerte enano del yelmo de astas curvadas, y de la espada de la princesa amazona de la trusa roja. - Bien, se han retirado a sus guaridas, terminemos de subir esos troncos al transporte y regresemos a nuestro hogar – les dijo Dyanna Tyris a sus compañeros de aventuras. - Permíteme curar vuestra herida, mi buena amazona – le dijo el clérigo de las largas faldas quien empieza a restañar una herida causada por las garras de uno de los salvajes lobos en el brazo izquierdo de la amazona en donde tenía un brazalete de acero. Los ojos verdes de la mujer de la trusa roja ven como la herida se cierra en su totalidad, y luego le dice al monje: Muchas gracias mi buen Vilnirius, tu blanca magia ha sanado la herida. El hombre de negros cabellos y calvo en la coronilla hace una leve reverencia con la cabeza, agachando la servicial mirada, y apuntando sus marrones ojos debajo de las rodillas de la exuberante guerrera de los largos y rojizos cabellos. Y ya se veía la puesta del sol, y los aventureros regresaban a la aldea de Sylekha, con la madera que necesitaban parta erigir lo que sería la casa del gremio de los aventureros de Sylekha –Trymas.  



Continuara en una Próxima Historia…
capc


Enlace del blog de capc para leer la Historia.
https://la-hermosa-kunoichi-mai-shiranui.blogspot.com/2020/05/historia-de-tyris-flare-la-princesa_4.html?zx=e70f899e99cbf85a

 
     
   

Historia de Tyris Flare – *La Princesa Amazona #2* : “El Bosque de Rudán’n”  Tyris_14

https://herathia-ganand1.activo.mx

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