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Historias de Blaze Fielding – Vigilante y Justiciera #1 : “Night Club”

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Historias de Blaze Fielding – Vigilante y Justiciera #1 : “Night Club”  
 


Historias de Blaze Fielding – Vigilante y Justiciera #1 : “Night Club” Blaze_21

     
   
Escrito por: capc


1.- Cabe señalar que esta es una historia que no está dentro del canon del personaje o personajes de la Co. SEGA.

2.- Todos los derechos reservados y demás pertenecen a la(s) compañía(s)/persona(s) que crearon a los personajes, imágenes y demás que se mencionan, muestran en estas historias elaboradas por mi persona.

3.- Son historias que comparto sin fines de lucro, solo para mostrar mi arte a las personas que admiran a esta bella vigilante muy conocida en la popular franquicia de; Street of Rage/Bare Nuckle de la Co. SEGA.


Personajes/lugares creados por mi persona:
Steve : Es un trabajador del bar en donde queda la oficina de Blaze en la ciudad de New York.
George : Es un hombre que acosa a Blaze.
Roy Trumas : Es uno de los clientes de Blaze.







I
La historia se da por el año dos mil tres, en la ciudad de New York, EE.UU, en donde la exuberante detective privada se encuentra con la edad de treinta y tres años de edad… Era de noche y una motocicleta llega a un concurrido bar. Era una mujer de bien proporcionado cuerpo, quien vestía una chaqueta de cuero negro y unos pantalones blue jeans. Hola Steve, ¿sabes si alguien ha venido para dejarme un caso?. El hombre que se encontraba en la barra donde se despachan los tragos, limpiaba con un trapo un jarro de vidrio, y luego le dice: Veamos… Si, un sujeto vino a buscarte, y dejó su número para que lo llames… aquí tienes el número linda. La atractiva mujer de los azules ojos y largos cabellos marrones toma el pequeño papel en donde estaba un nombre y un número de teléfono móvil, le agradece a su amigo que trabaja en el lugar, y luego se dirige a su oficina la cual quedaba ubicada dentro del concurrido bar. Ella entra a su oficina, cierra la puerta para no escuchar el bullicio de las voces y la música, luego arroja su casaca de cuero negro la cual se engancha en el perchero cerca de su escritorio, se sienta en su cómodo sillón de cuero negro el cual era giratorio, se sirve una copa de vino, y cierra sus azules ojos, relajando su espalda en el cómodo espaldar del sillón.



II
Luego de unos minutos de descanso, la atractiva artemarcialista que dominaba la disciplina marcial del Judo apunta su mirada al retrato que había sobre su escritorio en un marco de madera, en donde se veían algunos ex miembros de la policía y amigos suyos, en donde uno sobresaldría sobre el resto… él era Axel Stone, muy amigo de la exuberante detective privada, Blaze Fielding, y el hombre que era para ella más que un amigo. Blaze hace una mueca con los labios dibujando una sonrisa, mientras recordaba algunas de sus experiencias vividas con el mencionado vigilante de los cabellos rubios y azules ojos, quien era mayor que la exuberante Blaze por un año de vida. La atractiva mujer de la camiseta roja y de marrones y satinados cabellos le vuelve a dar un sorbo a su copa de vino, luego se levanta de su cómodo asiento, se dirige hacia la ventana de persianas grises, las cuales estaban cerradas, con los dedos de su mano derecha mueve un par de ellas, mirando ahora quienes se encontraban por las mesas de billar. Ella suspira de alivio, un hombre que la acosaba no se encontraba jugando billar en el lugar aquella noche. Luego la mujer detective, quien tenía unas bien proporcionadas piernas, se acerca al perchero en donde estaba su oscura casaca, ya que tenía que sacar un objeto de uno de los bolsillos de la chamarra de cuero negro. La mujer de los botines negros y ceñidos pantalones blue jeans luego toma su teléfono móvil y se pone a llamar al sujeto que necesitaba de sus servicios. Buenas noches, ¿hablo con “Roy Trumas”?. Disculpe, ¿Quién es usted?, pregunta el sujeto detrás del teléfono. Fielding, detective privado… usted se acercó a mi oficina en la tarde buscando mis servicios, pues bien, estoy libre de tiempo, ¿Cuál es el caso?, le pregunta vía teléfono móvil la atractiva mujer de los botines de cuero negro y ceñidos pantalones azules.



III
Ella siente un silencio detrás del aparato celular, y luego le dice: Disculpe señor Trumas, ¿se encuentra en un lugar en donde podamos conversar sin que otras personas escuchen lo que hablemos?. Si, disculpe, mucho gusto en conocerla Srta Fielding, pues sí, me encuentro en un lugar privado, y con un problema en donde necesitare algo más que asesoría policial. - Por favor, cuénteme el caso, para ver si puedo ayudarlo – le dijo la detective privada. Después de largos minutos ella le dice: Tenemos que reunirnos en un lugar para cerrar la negociación, ¿Qué le parece si pasa a mi oficina mañana a las diez horas?, ¿le parece bien la hora?. - Sí, me parece bien, así me da tiempo de ver algunos asuntos en mi oficina – le responde el hombre de cabellos canos al lado de las orejas. Perfecto Señor Trumas, entonces así quedamos… si luego quiere cancelar o cambiar la hora de la cita le agradeceré me avise, ¿de acuerdo?. Me parece bien Srta Fielding. La mujer detective le dice: Listo, nos estamos comunicando, hasta luego. Después de darle otro sorbo a su copa de vino ella decide hacerle una llamada a uno de sus amigos. Hola Axel, ¿Cómo estuvo tu día compañero en tu actual trabajo?. Hola Blaze, mi querida amiga, te contare; que trabajar como instructor de aspirantes para cadete en tiempo completo me priva de algunos privilegios que te da la vida… pero esto me mantiene distraído, así es esto. Mi querido Axel, ¿Crees que tengas el viernes y sábado libres para realizar un trabajo?. El rubio de los azules ojos enarca la ceja izquierda ya que, lo último que le dijo su amiga significaba que quería que alguien la ayude… en una misión de rescate.



IV
Después de unos minutos Blaze le explica la misión a realizar. Ya veo, en el estado de Texas, en uno de esos clubes privados la tienen haciendo cosas indecorosas a una de las hijas de tu cliente. Así es Axel, necesito a un experto en misiones de rescate para que me cuide mi trasero… ¿Qué dices amigo?. El fornido hombre del bigote rubio se queda cavilando ya que, ahora los criminales tenían de secuaces a sujetos conocedores de artes marciales, y temía que pudiese caer en las manos de los criminales la ex policía a quien no se le conoce haber sido secuestrada, con degradación de mujer incluida. Luego el vigilante de los ojos azules le pregunta: ¿Le has pedido a alguno de los muchachos para realizar la misión de rescate?. - No lo he hecho… ya que quisiera realizar esta misión con el mejor de todos ellos – le dijo con voz sensual la atractiva mujer de los azules ojos. El varón del bigote rubio quien tenía el aparato móvil en su mano derecha, siente la seducción recorriendo su cuerpo, y luego le dice: No creo que haya problemas amiga para buscar resolver el caso. Te visitare mañana en la noche en tu departamento, ¿de acuerdo Blaze?. De acuerdo Axel, ¿pasadas las veinte horas te parece bien?. - Ahí estaré… hasta mañana amiga – le dijo Axel Stone, quien le tenía mucho respeto a su exuberante amiga. Ella suspira, pone su equipo móvil sobre su escritorio, luego levanta la tapa de su computador portátil color gris que se lo había comprado hace poco, y se pone a jugar un juego de cartas que era de su agrado. Y era algo que le agradaba a la vigilante británica hacer en sus ratos libres, aparte de entrenar artes marciales y bailar lambada, a ella le gustaba jugar videojuegos que tenía en su laptop de su oficina, y en su consola de videojuegos que tenía en su departamento, en una calle de la ciudad de New York, EE.UU.  



V
Ya se mostraba las primeras luces del día, y la atractiva mujer detective quien se encontraba en un apartamento de la populosa ciudad de New York, se levanta de la cama dando un gran bostezo. Su cuerpo mostraba un bividí blanco y una pantaloneta lycra negra. Ella enciende su moderno equipo de sonido, pone la música que le gusta a alto volumen, y luego entra al baño a darse un duchazo, dejando la puerta abierta, para escuchar la música que emitía el potente equipo de sonido. Luego de salir de los servicios higiénicos, se pone una trusa blanca y un camisón del mismo color, para luego dirigirse a la cocina a prepararse un buen desayuno. La atractiva mujer del exuberante pecho abre la refrigeradora y saca de ella un envase de plástico cuyo contenido era masa para preparar panqueques. Blaze pone a calentar la sartén en una hornilla eléctrica, y luego vierte su contenido en la sartén caliente. La atractiva detective de la trusa blanca saca ahora de la refrigeradora una jarra de jugo de naranja, una botella de leche fresca, y luego saca del mueble de la alacena un pote de miel para untar en los panqueques. Después de ingerir su buen desayuno, la mujer detective de los azules ojos se dirige a su cuarto a cambiarse de ropas para salir. Ella decide ponerse su falda roja y casaca de cuero negro, y sus largas botas color carmesí. Blaze ahora introduce la llave en la cerradura de la puerta de su apartamento, y se asegura de cerrarla bien, para luego dirigirse a donde tenía guardada su motocicleta.



VI
Ya eran cerca de las diez de la mañana, y Blaze llega al bar en donde tenía su oficina. Un sujeto que la esperaba a la exuberante vigilante se le acerca por atrás y le dice: Buenos días primor, ¿Cómo has estado?, te dejé muchos mensajes en la contestadora, y no me respondiste al teléfono. - Eres tu George, lo siento, últimamente estoy muy ocupada. ¿Qué cosa quieres ahora? - le pregunta la mujer de la casaca negra quien había tenido algunas noches de tragos con el sujeto que la pretendía. Quería que me des una nueva oportunidad, me porté como un imbécil la otra noche… no quería sobrepasarme contigo linda, en serio… no quería. Lo siento George, eres un hombre que cuando estas con los efectos de la cerveza, pareciera que tuvieses bipolaridad. Así es, debo tener lo que dices… A veces me comporto agresivo y muchas veces como un estúpido, pero yo en verdad quiero formar un hogar contigo Blaze, en verdad me gustaría que tú y yo algún día nos casemos. Ella esboza una sonrisa, y luego le dice: Mira George, lo primero que tienes que hacer es buscar ayuda en un lugar para adictos, y luego hacer algo con esa ludopatía que tienes… No creo que pueda darte una nueva oportunidad. El sujeto que tenía conocimientos en artes marciales le aprieta de su muñeca izquierda, y le dice con mirada adusta: Dime con sinceridad por favor; que me darás una última oportunidad para ganarme tu confianza. Ella retira su brazo de la mano del hombre de los pantalones de vaquero azul, y luego con sinceridad le dice: Mira George, búscate una mujer con baja autoestima, a la que puedas tratar como tú quieras… yo me encuentro en otra liga.



VII
Después de haberse retirado del lugar el hombre que aun pretendía a la atractiva mujer de la minifalda roja, ella se dirige a la barra de tragos a preguntarle a su amigo Steve si alguien había venido al lugar a buscarla para sus servicios de detective privado. Ya eran pasadas las diez de la mañana y Blaze estaba cerrando una negociación con Roy Trumas. Ahora sabe Srta Fielding porque la estoy contratando… si le hago una denuncia al sujeto, el criminal de ser notificado y citado por la policía y el poder judicial, mandaría a sus secuaces para cobrar represalias contra mi vida… y mi familia… Sería perder mucho, por una hija que en estos momentos la tienen como a otra cautiva en ese mundo de perdición. Ella le dice: Para que quiera que haga el trabajo, es porque esa hija suya es alguien muy especial para usted. El hombre de los anteojos de vidrio, y quien mostraba cabellos canos a los lados de las orejas, la mira con el entrecejo fruncido, y luego le dice: Era la más engreída y querida de las cinco hijas que tengo… Esos malditos con engaños la sacaron de su casa… y la terminaron chantajeando hasta terminar metiéndola en aquella cloaca… siento mucha indignación y deshonra Srta Fielding. Ya me puedo imaginar lo que siente Señor Trumas, a veces la policía y la corte judicial no funcionan ante individuos que emplean todo tipo de métodos para buscar salirse con la suya, y seguir burlándose de nuestro sistema de Justicia… No va haber ningún problema para realizar el trabajo. Bien, el depósito con la mitad de lo acordado se lo enviare esta misma tarde a la cuenta que me brindó, Srta detective, y la otra mitad al finalizar el trabajo. Espero prontos resultados de vuestra parte. Blaze le estrecha su mano al hombre de saco y corbata, y luego le dice: No se preocupe Don Roy, el viernes parto hacia ese estado, y el sábado usted se estaría reuniendo nuevamente con su familiar.    



VIII
Ya era de noche, y la mujer de las botas carmesí y atrevidas faldas rojas salía de su oficina dentro del concurrido bar, para luego ir por su vehículo motorizado y retirarse a su domicilio. El hombre conocido como George estaba al lado de la mesa de billar, mirándola salir de su oficina. La mujer de la chaqueta de cuero negro ignora el saludo que le hace con la mano derecha el sujeto que aun la pretendía, y sale del bar. George le da su último sorbo a su jarro de cerveza, se despide de los tipos con los que estaba jugando billar, y luego sale por la puerta a darle el alcance a la mujer de la minifalda roja. Ella cuando se disponía a subir a su vehículo, escucha el silbido que le hace el hombre de los pantalones de vaquero azul, quien luego le dice: Blaze, te lo ruego, dame una última oportunidad, quiero demostrarte que he cambiado. A ella le daba lastima el sujeto que era de prometer… en vano. ¿Sabes?, eres muy persistente, y eso a mí me molesta mucho… me acosas todo el tiempo… ¿Qué habría pasado si me hubieras hecho tuya?… ¿en que condición me encontraría en estos momentos contigo?, ¿me puedes dar la respuesta?. El hombre de los ojos verdes separa los labios, y luego le dice: ¿Pero de que hablas linda?... Soy un profesional, soy un fuerte peleador, tengo mucha experiencia en la vida, además… Ella le interrumpe diciéndole: Además tienes muchas deudas con algunos bancos, tienes un problema de adicción con el alcohol y el casino. Quiero ser de lo más sincera contigo: Me perjudicas mi imagen George, ya no me busques. ¿Pero lo dice una mujer que usa esas atrevidas faldas para tentar a los hombres en este bar?, le dijo con ironía el hombre de la camisa blanca con franjas azules. - Usar estas ropas no me hace una mujerzuela George, tu sabes que no me acuesto con cualquier hombre, muchas veces te lo he dicho… Mujeres accesibles a ti hay muchas. Ahora, déjame ir, y ya no me busques más – le dijo la experta judoca, quien se coloca su casco, para luego emprender veloz marcha por las carreteras para dirigirse a su hogar, en donde quedó en verse con el justiciero callejero, Axel Stone.



IX
Eran unos minutos antes de las veinte horas de la noche, y la detective privada llega a su apartamento. Ella atisba el reloj que estaba en la parte de arriba de su televisor, y decide darse un duchazo caliente. La sexy mujer de los azules ojos se quita sus prendas y las tira sobre su cama, luego se retira su blanca trusa la cual deja en el piso, para finalmente entrar a los servicios higiénicos para darse un rápido duchazo caliente. Mientras se enjabonaba con el jabón y con el agua cayendo sobre su bien trabajado cuerpo, por su mente pasaba el hombre que en cualquier momento iba a tocar la puerta de su departamento. De pronto, ella se pone a tararear una canción romántica, con sus pensamientos en el vigilante Axel Stone. Suena el timbre de la puerta, y ella quien en esta ocasión no había puesto la música a alto volumen, sale del baño con una toalla en la cabeza y en el cuerpo, para luego ponerse sus sandalias que estaban al costado del seca pies y salir del baño. Luego de ponerse su bata blanca, se dirige a la puerta a recibir a su invitado. Ella mira por el ojo de vidrio, y luego abre la puerta. Y ahí estaba él, con camisa de vestir y casaca de cuero negra, pantalones elegantes y azules, y un ramo de flores violetas mezcladas con blancas lluvias las cuales sujetaba en su mano izquierda. Blaze lo saluda con un beso en la mejilla, le recibe afectuosamente el arreglo de flores que las adquirió en un puesto de flores en la esquina del edificio en donde se encontraba el hogar de la exuberante detective, y luego lo invita a pasar dentro de su apartamento.



X
Ella deja las bonitas flores violetas dentro de un florero de cristal y luego le dice: ¿Y que tal estuvo tu viaje mi querido amigo?. Axel Stone coloca su chamarra negra sobre el perchero de madera al lado de la puerta, se sienta en el sillón de pelaje carmesí, y mientras se frotaba los húmedos cabellos con su mano derecha, le dice: Un poco cansado estoy por el viaje, mi buena amiga… ¿Sabes?, como extrañaba este sillón. La mujer de la bata blanca le dice: Ambos lo extrañamos, mi querido Axel. Ahora relájate un poco con mi consola mientras voy a preparar una rápida cena. - De acuerdo, voy a jugar un rato con tu consolador mientras tú vas a preparar la cena – le dijo en forma un poco burlona y de broma su amigo refiriéndose a la consola de video juegos que tenía la experta judoca. Ella lo mira son seriedad y le dice: Muy gracioso Señor Stone. El vigilante de los rubios cabellos recortados esboza una sonrisa y le dice: Lo siento, fue un mal chiste… ¿me perdonas?. - Vas a tener que hacer méritos esta noche para que te perdone – le dijo la exuberante vigilante con mirada deseosa, y ya yéndose a la cocina a preparar la cena. El justiciero callejero ve entrar a Blaze a la cocina, luego decide tomar el control remoto del televisor y selecciona algún programa de interés. Ella mientras ponía el agua a hervir para los fetuccini, sale un momento del lugar donde se preparan los alimentos para regresar a la sala y poner un poco de música la cual era del agrado de ambos. Axel mientras veía un programa televisivo de animales, escuchaba la agradable canción que se oía en el moderno equipo de sonido de su amiga, luego apunta su mirada en el retrato que se encontraba al lado del equipo de música. Axel suspira, y piensa que tal vez… ya es momento de dar el siguiente paso con Blaze.



XI
Ahora ambos se encontraban en sus respectivos asientos, con el caliente alimento sobre la pequeña mesa redonda de pino y mantel blanco que se encontraba en la sala, y con dos velas encendidas que acompañaban la velada. El justiciero callejero se mostraba un poco callado, como en pocas veces… pero no solo era él… Blaze quien ahora vestía una camiseta blanca y una pantaloneta lycra roja, también se veía un poco callada y cavilando… Ambos sentían nostalgia por la música elegida aleatoriamente por el moderno equipo de sonido, pero… había algo más en el ambiente. ¿Quieres que cambie la música?, pregunta ella. - No, no… está bien la música… esas piezas son mis favoritas – le responde él. - Y también las mías… me traen agradables y a la vez tristes recuerdos – le dijo ella, quien miraba de manera especial a Axel Stone. ¿sabes?, tenemos más de diez años alejados de la fuerza… en donde hemos puesto nuestras vidas en riesgo en muchas ocasiones en estas difíciles empresas que nos ha tocado vivir… y a veces me pregunto… a veces me pregunto ¿cuándo dejaremos de hacer esto?. Ella toma con ambas manos las trajinadas manos de su buen amigo, y le dice: ¿A qué temes Axel?... sincérate. - Bueno, tal vez temo que algo malo te pueda ocurrir en una de estas misiones de rescate… recuerda que ya no es solo el sindicato que hemos derrotado en el pasado… temo que en alguna de esas operaciones en que no me tengas a tu lado para ayudarte, seas secuestrada y… - Axel se detiene en su hablar, agachando un poco la mirada. Ella frota con sus dedos los gruesos dedos del hombre de la mirada preocupada, y luego le dice: Te preocupas mucho por mí, y eso hace que mi corazón sienta algo fuerte por ti Axel, pero te digo; Soy una mujer muy fuerte, y nunca caeré en manos del enemigo. Axel le asiente con la cabeza, y luego con semblante alegre le dice: De acuerdo amiga… de acuerdo… ahora, ¿qué te parece si mejor terminamos nuestro plato antes que se enfríe?.



XII
Después de consumir la cena, ambos se encontraban en el sofá tocando el tema de la misión de rescate que realizarían en las próximas horas. Mira, aquí hice un croquis del centro de aquel establecimiento… aquí se encuentra el tesoro de esos proxenetas, y llegar a ese bunker sin un tanque será muy difícil. Axel revisa el croquis que le había mostrado su amiga Blaze, y lo hace con mirada adusta, para luego decir: polis sobornados protegen a los sujetos que custodian esta área… y de seguro deben tener fuertes expertos en artes marciales cuidando lo que hay dentro de esa jaula… bien, pasadas las cero horas del viernes entraremos en acción, buscamos a la hija de tu cliente, y nos largamos de ese lugar. - Ey, ¿Qué haces? – le dijo el hombre de los cabellos rubios quien tenía el exuberante cuerpo de su amiga muy cerca suyo. - Nada, solo que me preguntaba cuando te vas a cortar ese bigote… pareces mayor, ¿sabes? – le dijo la mujer del pronunciado pecho quien acariciaba sus bigotes. - No lo sé, creo que me los dejare un tiempo más… Oye… ¿me quieres contar la experiencia que viviste con aquel sujeto? – le pregunta el vigilante de los ojos azules quien con el pulgar de su mano derecha le señala una fotografía que había cerca a la vitrina en donde habían algunos trofeos. Ella esboza una sonrisa, mostrando su blanca dentadura al verse en la fotografía al lado del campeón artemarcialista… Terry Bogard.



XIII
Mi querido Axel, ¿pero qué quieres saber?, ¿si me acosté con él?. No me refería a eso. ¿Entonces?, pregunta ella un poco intrigada. Aquella vez me contaste que ese sujeto te ayudó en una misión de rescate allá en Brooklyn y bueno, no sé, quisiera que me des más detalle de lo que sentiste al trabajar a su lado en aquella empresa. La mujer del exuberante pecho suspira, mientras veía la fotografía que llegó a tomarse en un parque de la ciudad de New York unos meses atrás al lado del experto artemarcialista llamado en el mundo de las luchas; el legendario lobo hambriento, y luego le dice: Te diré, que pensé que lo había visto todo en ti y en los otros muchachos… pero él me mostró… algo más. Blaze se percata que Axel pone la mirada de un hombre que reconoce que hay alguien más fuerte que él. Esa mirada me dice que estas un poco celoso… ¿te pone celoso ese hombre llamado Terry Bogard, mi querido compañero?. Debo reconocer que una envidia muy sana recorrió mi sangre, de solo imaginarme el poder que maneja ese sujeto. - No te imaginas el poder espiritual que maneja ese hombre, Axel… pelear a su lado es inspirador para una justiciera callejera como yo… y para que te sientas más tranquilo, no llegué a tener cama con Terry Bogard. ¿Sabes?… él tal vez sea más fuerte que vos… pero tú eres el hombre con el que he tenido muchas misiones difíciles… el hombre con el que atesoro muchas buenas experiencias y… eres el hombre que hace que mi corazón se estremezca – le dijo la bella ex policía recordando muchos momentos íntimos al lado del justiciero callejero de los bigotes rubios.



XIV
El hombre de los ojos azules y bigotes rubios pone los gruesos dedos de su mano izquierda sobre la rodilla derecha de ella, y le dice: Blaze. La mujer de los azules ojos mira su mirada, y le dice: ¿Si?, ¿Axel?. El hombre de los brazos fornidos le dice: Tú sabes que soy un hombre que sigo mis instintos… y sabes muy bien que es lo que me haces sentir en estos momentos. La exuberante vigilante pone su mano derecha sobre la mano de su amigo que yacía sobre su rodilla, para luego ambos cerrar los dedos de sus manos con un apasionado beso en los labios. Luego ambos se ponen erguidos, con él sujetando la mano de su amiga, para finalmente los dos justicieros callejeros entrar a la habitación y… cerrar la puerta. La sensual Blaze se retira la camiseta, quedando sin prenda que cubra esa parte de su cuerpo, para luego mirar con deseo al hombre del bigote rubio quien tenía a la blanca puerta a su espalda.  Axel se muestra fogoso con ella, besando su cuello, para luego besar las aureolas de su  generoso pecho. Ella con su mano derecha agarra los rubios cabellos de la nuca de su compañero vigilante, y le susurra en el oído derecho: Quiero que entres, mi cariñoso Axel. Él sabe lo que su cariñosa amiga le estaba diciendo en el lenguaje del amor. Ahora su mano derecha con la cual estaba frotando su generoso pecho derecho de Blaze, se la pone en el cinturón, para luego aflojarse los pantalones. Luego de largos minutos de corresponderse de manera muy afectiva dentro de la habitación de la bella detective privada, Axel Stone y Blaze Fielding yacen sobre el cálido lecho… con sus cuerpos descansando.



XV
Ya se mostraba el alba en la populosa ciudad de New York… El vigilante Axel Stone se levanta de la cama la cual compartió anoche con la exuberante mujer detective, y se mete al baño a darse una refrescante ducha. La mujer que anoche tuvo su esbelto cuerpo estremecido por las apasionadas caricias de su amigo, se levanta del lecho, y luego se mete a los servicios higiénicos, para tomar la ducha al lado de su buen y cariñoso amigo. Como era costumbre de la mujer de los azules ojos, ponía su moderno equipo de sonido a alto volumen, y dejaba la puerta del baño abierta. Ambos cuerpos estaban desnudos, mientras jugaban con el agua y el jabón. Ella estaba entusiasmada por la manera como enjabonaba su amigo su generoso pecho… y él estaba un poco excitado por la forma como enjabonaba la mujer de los largos cabellos marrones la parte baja de su abdomen… pero Axel se contiene, y luego le dice a la bella y apasionada mujer de los cabellos mojados y cuerpo totalmente desnudo; A las cero horas de la madrugada del viernes debemos estar puntual en aquel bunker, para realizar el trabajo. Luego el hombre de los cabellos rubios besa su frente, y le dice: Ahora, tengo que irme. Ella suspira al ver a su amigo abandonar el baño. El justiciero Axel Stone ya estando vestido con sus ropas con las que vino anoche, se despide de Blaze Fielding, y luego abandona el apartamento. Blaze luego de ingerir su desayuno, se dirige a su habitación para cambiarse de vestimenta. Ella elige las ropas que utilizara para una nueva misión. Abre su guardarropa, y arroja sobre su cama su casaca de cuero negra, una camiseta roja de manga larga, unas correas de cuero negro, y su trusa que en esta ocasión era de color rojo pasión.  



XVI
Eran las cero cero horas de la madrugada del viernes, Blaze Fielding y Axel Stone se encontraban en el Night Club, el cual tenía una seguridad excesiva. Muy bien compañera, hagamos lo que mejor sabemos hacer, ¿de acuerdo?, le dijo el vigilante de los pantalones de vaquero azul quien con la detective privado se las habían ingeniado para llegar a la planta baja del establecimiento sexual, para buscar adentrarse a la espaciosa cámara conocida como… el bunker. Una cámara de vigilancia alerta a la seguridad del local, sonando ahora la alarma. Las luces rojas de los faroles hacían presagiar que ambos vigilantes ahora la tendrían más difícil para salir del establecimiento sexual. - ¡Axel! ¡Ahí las tienen! – le grita la experta judoca, quien le señala la planta baja del bunker, en donde se veían los pequeños cuartos de las bellas mujeres de blanca piel raptadas, cuyas paredes eran barrotes de metal, y en donde el olor a cigarro, trago y otros olores abundaban en el lujurioso lugar en donde se veían abundantes focos que despedían luces rosas. Los guardias ya estaban dentro de la sala en donde estaban ambos justicieros callejeros. Axel Stone centra su mirada en los sujetos que portaban armas, y le grita a su compañera: ¡Encárgate de los de camisetas! ¡Yo me hago cargo de los de chaleco!. El ex policía de la mirada adusta utiliza su infalible técnica, para arrojarles ráfagas de fuego a los siete sujetos que habían sacado sus pistolas, para luego propinarles una serie de puñetes y patadas, haciéndolos caer por los suelos. Por otra parte, la atractiva vigilante de la minifalda roja y rojo calzón saca a relucir todo su arsenal de técnicas de combate, aplicando una serie de patadas altas en el rostro de los sujetos que tenían conocimientos en artes marciales. Los cerca de veinte hombres yacían tirados y lastimados en los suelos. Axel abre la jaula en donde estaba la hija del cliente de Blaze, en donde en cuya mirada se veía a una mujer totalmente deshonrada, y le dice: Tu padre nos contrató para regresarte a casa, no hagas preguntas y salgamos de este lugar. El justiciero callejero provoca un fuego en la planta superior del bunker, para que se activen las alarmas contra incendio y así desorientar un poco a los mafiosos que los buscaban para aprisionarlos, mientras ellos abandonaban las instalaciones del Night Club. La experiencia en ese tipo de misiones fue vital, para que Axel Stone, y la exuberante Blaze Fielding realizaran otra peligrosa misión… con éxito.  


Continuara en una Próxima Historia…  
capc

Enlace del blog de capc para leer la Historia.
https://la-hermosa-kunoichi-mai-shiranui.blogspot.com/2020/05/historia-de-blaze-fielding-vigilante-y.html


 
Historias de Blaze Fielding – Vigilante y Justiciera #1 : “Night Club” Blaze_22

https://herathia-ganand1.activo.mx

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