Historias de Blair Dame – Historia#5 : “Instinto Femenino”
Escrito por: capc
1.- Cabe señalar que esta es una historia que no está dentro del canon de los personajes tanto de la Co. ARIKA como de la Co. Capcom.
2.- Todos los derechos reservados y demás pertenece(n) a la(s) compañía(s)/persona(s) que crearon a los personajes, imágenes y demás que se mencionan, muestran en estas historias creadas por mi persona.
3.- Son historias que comparto sin fines de lucro, solo para mostrar mi arte a las personas que les gusta leer historias de personajes del mundo de las luchas de estos videos juegos de peleas.
Personajes/lugares creados por capc:
Chandly Treviné : Es el sujeto de las apuestas que es dueño del Hoyo de Treviné
El Hoyo de Treviné : Es un lugar en las afueras de la ciudad del país de Monaco, en donde se dan peleas callejeras con apuestas donde se inició Blair Dame en peleas callejeras.
Freevita: Es una discoteca heterosexual de una ciudad del país de Mónaco que frecuenta Blair Dame.
Julian Dubois : Es un artemarcialista regular y homosexual que pretende a Blair Dame.
Lungland : Es uno de los mayordomos de la mansión Dame, enviado por la madre de Blair, para vigilar a su hija.
Historias de Blair Dame – Historia#5 : “Instinto Femenino”
I
Habían pasado un par de días desde que Ryu y Blair Dame se habían despedido en el aeropuerto de Indira Ghandi, esto, en el país de la India, para separarse por un tiempo… tiempo que le serviría a la exuberante y peligrosa peleadora de los azules cabellos y verdes ojos, para evaluar su situación y organizar sus ideas con respecto a la relación sentimental en la que se encontraba actualmente con el extremadamente poderoso guerrero japonés llamado Ryu. Un lugar que ella conocía por las inmediaciones de la ciudad, y en donde se realizan enfrentamientos con apuesta de dinero, es visitado nuevamente después de tiempo por la bella y sensual peleadora de los ajustados pantalones jeans y atrevida camiseta deportiva. En aquel lugar, el cual tenía de nombre; “El Hoyo de Treviné”, ella se inició unos años atrás como peleadora callejera, fogueándose con todo tipo de sujetos ávidos de triunfos, para terminar convirtiéndose en una peligrosa y experta artemarcialista. Blair, quien cargaba su oscuro bolso que yacía a sus espaldas y el cual sujetaba con su mano derecha, mira un grupo de gente aglomerada que estaba alentando a su peleador favorito, y se acerca a ver el enfrentamiento de ambos peleadores callejeros. Ella mira hacia donde se encontraba el hombre que estaba en sus sesenta años de edad, el cual hacía las apuestas, y lo reconoce… él era “Chandly Treviné”, un hombre que se ganaba la vida brindando sangrientos espectáculos al público que visitaba el hoyo… un lugar en donde se llevaban a cabo las peleas callejeras. Luego la bella peleadora de las muñequeras deportivas y oscuras, atisba el mural lleno de coloridos grafitis que se veía a la espalda del hombre de piel áspera, quien tenía muchos billetes en el bolsillo izquierdo de su camisa negra. Los verdes y brillantes ojos de Blair llegan a ver su nombre en el muro, pero, se veía que estaba algo borroso con el pasar de los años. Acompañada del bullicio de voces del conjunto de hombres que estaban alentando a su peleador favorito, sus ojos de la bella mujer de sangre europea se centran en el escenario donde se estaba llevando a cabo un duelo. Blair arquea su ceja izquierda, ya que, reconocía a uno de los peleadores quien llevaba puesto un sombrero tipo vaquero de un color pardo, quien fue un tiempo atrás contratado por la millonaria madre de Blair, para cuidar a su hija, y cuyo nombre del sujeto era “Cracker Jack”.
II
La dura pelea termina, con el triunfo para el artemarcialista del sombrero tipo vaquero color pardo, quien levanta su puño derecho, celebrando así para con el público que lo había alentado en su combate. Entre el público se veían obreros que estaban en su descanso, y otros sujetos que provenían de otras partes de la ciudad, y en donde el premio para el ganador era un generoso puñado de verdes billetes. El guerrero de cuerpo entrenado y calzado de cuero marrón, se va retirando del bullicioso lugar también conocido como “El Hoyo”, con una mueca sonriendo en sus labios, y mientras contaba todo el dinero que había hecho por tener unas cuantas peleas aquella tarde. Luego, cuando alzaba la mirada para salir del lugar, su mueca sonriendo se borra de repente cuando atisba a la mujer de los ceñidos pantalones de vaqueros azules que se lo quedaba mirando. Ella le dice: ¿Tendrás un momento para mi ahí dentro, jugador?. El aprieta ligeramente los ojos al ver el rostro de la atractiva mujer de los azules cabellos amarrados como un moño, y luego con su mano derecha la invita a entrar dentro del hoyo de los duelos. Silbidos y piropos por doquier son arrojados a la peleadora de la blanca piel y ceñida camiseta deportiva de color blanca. Ella se ubica en el centro del espectáculo, estando rodeada de un gran grupo de hombres que querían ganar dinero, y otros… recuperarlo. Blair le arroja su bolso oscuro al hombre llamado Chandly, para que se lo cuide, luego atisba al peleador del sombrero de vaquero, esperando que el artemarcialista llamado Cracker Jack entre al ruedo. Un sujeto de cuerpo delgado, blancos cabellos y ropas de cuero color carmesí ceñidas al cuerpo, se adelanta al peleador del sombrero tipo vaquero, y se pone en postura de ataque, mientras miraba a la exuberante Blair. El ex guardaespaldas de los Dame, da un paso atrás y cruza los brazos, ya que, se iba a dar un enfrentamiento entre la mujer europea de los verdes ojos y el sujeto de los cabellos blancos recortados. Ella aprieta ligeramente los ojos mientras veía el rostro del sujeto de la pálida piel y cuerpo delgado, quien tenía mucho interés de tener un encuentro con ella, y luego le dice: ¡Muy bien!, por mí no hay problema, veamos qué es lo que tienes, jugador. El sujeto artemarcialista del traje de cuero color sangre, sale a buscar herir a la peligrosa mujer de los cabellos azules amarrados como un moño. El sujeto de la cabellera blanca y pálida piel era veloz y experimentado, pero no era tan fuerte como Blair, quien termina el encuentro aplicándole una de sus mortíferas técnicas con su rodilla derecha, la cual sale disparada directamente hacia el mentón de su rival. El peleador del cuerpo delgado y blancos cabellos yace ahora sentado en el piso con su mano izquierda agarrándose el mentón, y derrotado. Ella lo mira como poca cosa, y luego se dirige al hombre de piel áspera que hacia las apuestas y quien la reconoce. El artemarcialista derrotado arruga la frente mientras la veía alejarse a Blair Dame. La bella guerrera de las grandes caderas y ajustados pantalones de vaqueros, toma su bolsa oscura de tela, le asiente con la cabeza, y luego le dice al hombre canoso quien tenía billetes de dinero en ambas manos: Gracias por cuidar mi bolso Chandly. Tiempo sin vernos, mi amiga, espero que honres este lugar más seguido con tu excesiva belleza y fuerza. Ella esboza una sonrisa por el cumplido, quería quedarse un rato más para conversar con una cara conocida, pero el bullicio de la gente y el interés que tenía ella de medirse en una pelea con su ex guardaespaldas, hace que Blair se retire del lugar diciéndole al hombre de los cabellos canos: Tal vez lo haga… hasta pronto. ¡Espera Blair!, ¿y qué hago con tu dinero?. Ella toma el dinero que había hecho por ganar su pelea, y luego arroja todos los billetes hacia el centro del campo de los enfrentamientos, haciendo que los más necesitados de dinero vayan a recoger los billetes.
III
Blair ahora se dirige hacia el hombre fornido del sombrero marrón, quien se había quedado a presenciar su encuentro. - Tiempos sin vernos Jack – le dijo la guerrera quien tenía nuevamente su oscuro bolso de importante marca deportiva a sus espaldas. Lo mismo digo, Blair, ¿sabes?, te ves más provocadora con ese leotardo blanco que sueles usar en tus combates. Por favor querido, no voy a utilizar mi traje de combate preferido en este lugar de podredumbre… solo lo utilizo en mi participación en los torneos y en encuentros importantes. ¿Y que haces por estos lares, mi buen Jack?. El hombre de los pantalones oscuros pasa el segundo dedo de su mano izquierda a la altura de en medio de sus ojos, levantando un poco su sombrero, para finalmente responderle: Nada, me enteré que por aquí había un hoyo para foguearme un poco, y de paso hacer un poco de dinero, nada más. Por cierto, ¿necesitas nuevamente de mis servicios?. Ella le dice: Creo que ya estoy un poco grande para cuidarme por mi misma, mi buen Jack, además… no me gusta que mi madre me ponga vigilancia y guardaespaldas… Pero tratándose de ti, es posible que mi madre vuelva a contar con tus servicios más adelante, vaquero. El hombre de los cabellos marrones recortados bosquejaba una sonrisa, ya que, la paga por ser guardaespaldas de la millonaria Blair, no era nada mala. ¿Qué te parece si vamos a tomarnos por ahí un par de copas?. ¿Sin compromiso?, le pregunta ella, apuntándole con una mirada que le hacía pensar al artemarcialista del sombrero tipo vaquero, que había un hombre más importante detrás de ella. Claro, sin compromiso. Pues te diré, mi buen Jack; que ya estoy con hambre, así que mejor vayamos a un lugar que conozco, ahí comeremos y te aceptare esa copa. - Por mi está bien, jefa – le dijo él, quien luego con su mano derecha la mueve respetuosamente hacia la acera. Ella le asiente con la cabeza, por el gesto educado del peleador de los marrones cabellos y quien es oriundo de los EE.UU. Ahora ambos estaban en un lugar de comidas, en donde había música techno que era del agrado de la bella mujer de la blanca piel, quien se encontraba en una de las mesas almorzando con su ex guardaespaldas un delicioso pollo a la leña con papas fritas, acompañado de un buen vino de la casa. La mujer de la atrevida camiseta deportiva blanca, saboreaba las papas fritas, las cuales las agarraba con los dedos de su mano derecha, luego le da un sorbo a su copa de vino, para finalmente decirle al hombre que tenía en frente suyo: ¿Y ya lograste solucionar ese problema que tenías con tus perseguidores de aquella organización de Shadaloo?. El fornido artemarcialista oriundo de los EE.UU, deja de masticar su jugosa pierna de pollo, mostrándose pensativo por unos segundos, para luego decirle: Esos malditos no van a dejarme en paz hasta haber lavado mi cabeza con esa monstruosa máquina que tienen bajo tierra. Así que te voy a agradecer que no me vuelvas a preguntar acerca de aquella organización, porque no pienso darle detalles a nadie de lo que ahí hacía... Espero me comprendas. Blair asiente con la cabeza, mientras sostenía con la mano izquierda su copa de vino. En ese momento pasaba brevemente por su mente lo que padecieron unas hermanas guerreras a manos de monstruos que fueron muertos por ella, esto, un tiempo atrás en Japón.
IV
¿Y porque me miras así, Jack?. Él hace una mueca con los labios, dibujando una sonrisa, para luego decirle: No es nada, solo que no se, después de la última vez que nos vimos, como que te siento un poco más madura. ¿Tú lo crees así?, ¿Y porque piensas eso, Jack?. Él gesticula con los dedos de su mano derecha, y le dice: No sé, parece que has conocido a alguien muy especial. Ella le dice: Pues te diré; que es alguien extraordinariamente especial, mi buen Jack. El peleador de los mitones de cuero marrón presiente que es un hombre importante el que la está ayudando a madurar a Blair, encontrándosela a ella con un brillo especial en su mirada, y él presiente que ahora va a ser más difícil poder buscar tener intimidad con la mujer a quien un tiempo atrás le estaba cuidando las espaldas, y decide abandonar su plan para buscar tener un momento en la intimidad con ella. Cracker Jack le da su último sorbo a su copa de vino, y antes de levantarse de la silla para despedirse, decide jugar su última carta con ella, para saber si tiene algún interés con su persona. - Bueno, me agradó volver a verte, Blair, pero éste vaquero tiene que ver unos asuntos, así que, si no hay algo más que pueda hacer por vos… me retiro – le dijo el hombre del sombrero tipo vaquero, con una mirada en donde se veía interés por ella, esperando lo que le dirá la bella Blair Dame. - No hay nada más que puedas hacer por mí, mi buen Jack, tengo tu número, cuando te necesite para que me vuelvas a cuidar las espaldas, te buscare… hasta la vista vaquero. Él le asiente, con una mueca sonriendo que lo acompañaba, y mientras se agarraba con los dos primeros dedos de su mano derecha el borde del sombrero, para luego retirarse del local de comidas. Ella le da un sorbo a su copa de vino, mientras veía de soslayo la partida del artemarcialista de los mitones de cuero marrón, para luego llamar a uno de los mozos y pedirle otro suculento plato de comida. Después de almorzar, la mujer de las grandes caderas y ajustados pantalones de vaqueros se encontraba en el área del local en donde había un karaoke, y confortables muebles en donde uno se sentaba para hacer su digestión, mientras escuchaba su música techno dance. Un personaje se la queda observando a la bella mujer de la blanca piel, quien estaba con sus verdes ojos cerrados, y ladeando un poco la cabeza, siguiendo el ritmo de la música que se escuchaba en el local de comidas. El sujeto era el mismo hombre que Blair hace unas horas atrás derrotó en el lugar llamado; “El Hoyo de Treviné”, en donde no se exigió a lo máximo para poder derrotar al sujeto que ahora vestía ropas varoniles y elegantes. Disculpa, ¿puedo sentarme aquí para escuchar esta bella música?. Ella abre sus verdes ojos, mira al hombre de los pantalones y saco carmesí, quien además llevaba puesto una camisa color negra con una corbata color sangre, y lo reconoce. La mujer de la camiseta deportiva blanca, y quien tenía su bolso oscuro a su mano izquierda, no le presta mucha importancia al sujeto con el que tuvo una pelea callejera hace unas horas, y solo atina a mostrarle con su mano derecha el asiento desocupado.
V
Blair Dame, quien yacía nuevamente con los ojos cerrados, podía sentir el aura que le transmitía el sujeto de los blancos cabellos, quien estaba sentado a su mano derecha escuchando la música techno dance, la cual era una música que es del agrado de la joven mujer de las bien torneadas piernas. El sujeto busca llamar la atención de ella haciendo unos sonidos con los labios, esperando que Blair le busque la conversación. Blair mira de reojo con esos verdes ojos brillantes al hombre del elegante traje color carmesí, que estaba sentado a su mano derecha, y por su mente pasaba el de ya retirarse del local. Pero en eso, el sujeto le dice: Disculpa mi bella dama, pero siento que nosotros dos nos conocemos de algún otro lugar, ¿no lo crees así?. Ella mira el rostro pálido del hombre del cuerpo delgado, y le dice: Creo que si… eres el sujeto a quien le patie el trasero hace unas horas en el hoyo… Lo siento jugador… ahora si me disculpas, me tengo que ir. Él le dice a la bella mujer europea que se había levantado de su cómodo asiento de cuero oscuro; ¡Espera! ¿Me podrías dar una oportunidad de conocerte?. Ella, quien había tomado su bolsa oscura de importante marca deportiva, vuelve a mirar al hombre del cuerpo delgado que ahora estaba erguido, es directa con él, y le dice: Lo siento, no salgo con afeminados. Espera mujer, estas en un completo error, si lo dices por la vestimenta que utilicé en aquel lugar, eso es solo un disfraz que utilizo para mis combates… Además, por si no lo sabías; la primera impresión puede ser equivocada. Lo que dijo el sujeto de los blancos cabellos recortados hace que pase instantáneamente por su mente de Blair el rostro del hombre que le había ayudado a disciplinar su espíritu de guerrera, y luego después de unos segundos, ella le dice: Bueno, vayamos al grano; ¿Qué quieres de mí?, ¿un trago?. Él le dice: La verdad, quiero algo más que solo un trago con tan bella mujer que hace unas horas me dejó con éste moretón en el mentón. Ella lo mira con el ceño un poco fruncido, ya que, el sujeto si bien es cierto; tenía voz varonil, se veía vestido como un varón, se expresaba como lo haría un hombre heterosexual… había algo que no encajaba en él… Se puede decir, que Blair Dame podía sentir el aura del artemarcialista que la pretendía, esto gracias al instinto femenino que tiene toda mujer que se siente segura de su género sexual. Lamento haberte dañado un poco el mentón, pero tú sabes lo que ocurre cuando uno visita el hoyo. El hombre del traje carmesí se frota levemente con su mano izquierda su barbilla, y le dice: No te preocupes, esto es como una caricia si viene de tan bella dama, que espero entrada la noche me permita llevarla a una buena discoteca a bailar. Ella muestra una ligera mueca sonriendo, que dibujaba sus labios hacia su izquierda de su boca, y luego le dice: Si que eres persistente, pero lo siento, creo que no es correcto, hay alguien con el que estoy saliendo, y la verdad no quiero que tengas problemas con él. El sujeto de la varonil voz y cabellos blancos, siente como una derrota en su interior, ya que, el hombre a quien ella no le quería ser infiel debía ser alguien muy especial para Blair, y tal vez, más fuerte que el sujeto que deseaba llevarla a un antro que el bien conocía, y que solo era para publico heterosexual.
VI
Pero él no se rinde, y decide hacer su última movida. Insisto, permíteme que lleve a la dama más bella de toda Europa a un buen antro para pasarla bien, no te arrepentirás, el local queda a solo unas cinco manzanas de aquí, y la pista de baile nos está esperando, ¿de acuerdo?. Blair arroja aire por la boca, por la persistencia del hombre del cuerpo delgado y elegante vestimenta color carmesí, y luego le dice: Conozco el lugar, te refieres al “Freevita”, ¿no es así?. Así es, mi bella dama, al mismo. Me harías un hombre muy feliz si la popular Blair Dame me permitiese bailar con ella unas cuantas piezas… en verdad, sería un hombre muy feliz. Blair le dice: Así que conoces un poco mi trayectoria en el circuito de lucha callejera. Así es… y no me parece bien los insultos que a veces te arrojan perdedores hombres por tan llamativa vestimenta que utilizas en tus combates. Apodos como ramera, mujerzuela y hasta prostituta he escuchado de hombres que se sienten inferiores a ti… pero lo que ellos no saben es que las apariencias muchas veces engañan a primera vista, ¿no lo crees así, mi amiga?. Ni que lo digas… yo podré parecer con esas ropas una mujerzuela, pero fuera de ellas, soy una mujer que me pongo en mi lugar. ¿Entonces?, ¿tengo un si como respuesta, mi bella dama?. Ella le asiente, y luego le dice: De acuerdo, jugador, pero solo bailaremos un par de piezas. - Me has hecho un hombre feliz, la pasaremos muy bien, eso te lo aseguro, mi bella dama – le dijo el hombre de la pálida piel y cabellos blancos, quien era un regular artemarcialista, pero un experto actor… para embaucar mujeres. Ya era entrada la noche en la ciudad europea del país de Mónaco, y la exuberante mujer, Blair Dame, se encontraba dentro de la discoteca Freevita, en la pista de baile con el sujeto quien se le presentó con el nombre de “Julian Dubois”. Blair, quien estaba un poco aquejada de su pantorrilla izquierda, esto, por la pelea que tuvo esa tarde en el lugar conocido como El Hoyo de Treviné, con el hombre que ahora vestía un elegante traje color carmesí, luego de bailar algunos temas musicales que eran de su agrado, decide regresar a la mesa en donde estaban los tragos, y luego despedirse del hombre que la acompañaba esa noche. Julian, tenía un compinche en el antro quien le hacía señas con la mirada, y quien había aprovechado un momento en que la bella mujer de la blanca piel y el artemarcialista del cuerpo delgado no se encontraban en sus respectivos asientos, para acercarse a la mesa y verter una sustancia en el daiquiri de la exuberante y bella europea, el cual no lo había terminado. - Sí que tienes una elegancia para el baile, y también para retirarte de la pista de baile… eso último fue sin intención de ofenderte, mi bella princesa – le dijo el sujeto de la voz varonil, quien tomaba su jarro de bebida, para luego llevárselo a la boca. Blair esboza una sonrisa por lo que había dicho el elegante hombre de la voz varonil, y luego ella le dice: No bailas mal jugador, a pesar que esta tarde golpee duro tus piernas. Gracias por lo que me toca, mi amiga… espero que cuando vuestras lesiones se curen, pronto nos volvamos a reunir aquí, para pasarla muy bien, ¿de acuerdo?. Ella no le responde, solo atina a mostrarle una sonrisa, para luego agarrar su copa de daiquiri, oler el alcohólico líquido, y luego hacer algo que no se esperaba el sujeto de los blancos cabellos y elegante traje color carmesí… arrojar su contenido en la maseta rectangular que estaba al lado de su asiento. Julian Dubois no esperaba esa movida de Blair Dame, ya que, él estaba seguro que ella iba a ser otra mujer que iba a caer en sus… redes.
VII
Blair Dame pone mirada adusta, con sus verdes ojos mirando al hombre del cuerpo delgado y cabellos blancos, quien le dice a ella, fingiendo no saber lo que estaba pasando: ¿Te encuentras bien, mi amiga?. Buen intento jugador… ¿pensaste que yo iba a ser la siguiente ingenua en caer en tu trampa?. El sujeto del elegante traje color carmesí, mira incrédulo el comportamiento de la exuberante y bella Blair, quien luego le aplica una potente patada de pierna derecha en el rostro, cayendo el sujeto a los suelos, con ambas manos agarrándose su lesionada boca. Muchos de los visitantes a la concurrida discoteca Freevita ya no bailaban bajo las luces sicodélicas, y se quedaban mirando lo que acontecía cerca de las mesas verdes. La mujer de los ajustados pantalones de vaqueros con fuerza en su voz les dice a los que estaban fisgando: ¡Mis amigos! ¡Mis amigos! ¡Permítanme presentarles a un timador de mujeres, que con un secuas drogan a sus víctimas para buscar saciar sus bajos instintos, y quien encierra un secreto!. ¿De que estas hablando mujer?, ¿a qué te refieres?, ¡todos en este lugar saben quién soy!. Si, ahora saben quién eres, jugador… un cobarde, poco hombre, que finges muy bien la voz varonil, y quien drogas a tus victimas para con tu secuas llevártelas en algún lugar para de seguro mañana tenerlas algo chantajeadas… Lo siento jugador, pero me gusta visitar en ocasiones este antro, y no voy a permitir que alimañas como tú sigan haciendo de las suyas con las mujeres heterosexuales. El individuo de los cabellos blancos y piel pálida, estaba furioso y abochornado a la vez por lo que había dicho la bella artemarcialista de los cabellos azules amarrados como un moño. Era la primera vez que él estaba experimentando algo así en una discoteca… y empezaba a mostrarse la verdadera personalidad de Julian Dubois. ¡Ninguna perra me había ofendido de esta manera!, ¡te has atrevido a dañar mi bello rostro, y sacarme un par de dientes con esa fea patada!. Blair bosqueja una sonrisa, con los dedos de su mano izquierda a la altura de su oreja izquierda, mientras descansaba su codo izquierdo en su palma derecha, para luego decirle a Julian: Bien, cretino, ya nos estas mostrando tu verdadero rostro. - ¡Es homosexual! ¡Es homosexual! – gritan a la distancia unos hombres seguros de su género sexual. ¿Eres homosexual, Julian?, le pregunta una bella y joven mujer de grandes caderas, piel blanca y cabellos de color naranja oscuros, quien no podía creer lo que estaba escuchando en el lugar en donde ya no se escuchaba el sonido de la música a alto volumen, y quien se encontraba agolpada junto con los otros curiosos. El sujeto del traje carmesí, quien hace unos minutos había perdido dos dientes frontales, nunca había pasado el bochorno que esa noche había vivido en aquel antro, mostrando ahora su verdadera piel de serpiente, por así decirlo. Otra de las mujeres que frecuenta el Freevita le inquiere con insistencia al hombre de la pálida piel, quien se veía muy nervioso, ya que… la conocida discoteca era solo para el género de los heterosexuales. Las mujeres que tuvieron un momento intimo con el sujeto en el pasado, y que deseaban que se las trague la tierra, veían la manera como se expresaba ahora el nervioso sujeto, la cual era de un… afeminado.
VIII
La joven mujer de los cabellos naranjas y recortados, y quien tenía grandes caderas, le dice a Julian: Te entregué mi castidad, pensando que eras un varón, y no un maricón… no sabes lo destrozado que siento mi corazón… ¡nunca te lo voy a perdonar!. Ahora la mujer de los jeans ajustados y cabellos naranjas le arroja un escupitajo en el rostro a Julian, y luego se lamenta al lado de una amiga que la consolaba esa noche en el Freevita. El artemarcialista quien era inferior en fuerza a la bella y exuberante europea de los cabellos azules le dice a Blair: ¡Me has arruinado mi vida en este antro, perra!. Vaya, cuanta caballerosidad sale de vuestra boca… y no solo será en este antro, mi afeminado jugador… en otros lugares como éste sabrán quien eres… ahora, lárgate de este lugar, y no vuelvas a deshonrar mujeres. Palabras despectivas recibía el sujeto del rostro magullado por parte de los que habían concurrido a la discoteca. Julian, quien se sentía avergonzado y derrotado por la bella y peligrosa artemarcialista de los jeans ajustados y cabellos azules, decide retirarse del concurrido lugar, y nunca más regresar a la discoteca Freevita. Las dos mujeres que habían sido deshonradas por el hombre que había escondido hasta el final su género sexual, le agradecen a Blair, por haberlas vengado. - Gracias amiga, por haber desenmascarado a ese homosexual, quien me engañó muy bien en este lugar, para yo muy tonta entregarle mi castidad… - le dijo muy apenada la mujer de la blanca piel y cabellos naranjas. ¿Y tú?, ¿también tuviste tu primera vez con ese sujeto?, le pregunta Blair a la otra mujer quien tenía cabellos castaños, ojos claros y un cuerpo bien proporcionado físicamente el cual también era de piel blanca. Felizmente no, pero sí me llegué a encamar con ese parasito que me engañó muy bien… demasiado bien diría yo. Blair Dame hace una mueca burlona con los labios, y luego haciendo gesticulaciones a ambas mujeres con las manos, les dice: Chicas, ¿para que tenemos nuestro instinto femenino?, ¿me lo pueden decir?. Ambas mujeres que habían tenido un momento intimo con el hombre del genero desviado se miran entre ellas, avergonzadas, y no queriendo responder a la pregunta hecha por Blair. - Debí estar aquella noche acompañándote, cuanto lo siento… parece que tu instinto femenino no te funcionó aquella noche, mi amiga – le dijo un amigo de la universidad de la mujer de las grandes caderas y cabellos castaños, quien la había acompañado a la popular discoteca. “Pier”, no me mires a los ojos, me siento devastada por dentro, mi instinto de mujer me falló como nunca con ese afeminado. Los que habían presenciado el incidente entre Blair Dame y el individuo de genero torcido, se empiezan a disipar de la escena, así también ambas mujeres que sentían que habían sido deshonradas por el artemarcialista quien esa noche había perdido un par de piezas dentales frontales, por el pie derecho de la exuberante, bella y peligrosa artemarcialista, Blair Dame.
IX
Ya saliendo del antro, la mujer de los jeans ceñidos a su piel y camiseta deportiva y blanca se detiene en su caminar. Con sus dedos agarra su muñequera derecha, en donde tenía debajo el brazalete de plata que le había obsequiado una amiga hace unas semanas atrás en los EE.UU, y de pronto, por su mente pasaba el japonés que le había enseñado lecciones importantes para su espíritu en tan poco tiempo… enseñanzas que la estaban ayudando a ser una mejor mujer de lo que es. Y si bien es cierto; el instinto femenino es algo que tiene cualquier mujer que está bien definida con su género sexual para saber diferenciar entre un hombre bueno y uno que no lo es, Blair Dame había sido inculcada por el extremadamente poderoso guerrero japonés, Ryu, con palabras como la caridad, la disciplina, y una palabra que no estaba ella segura de poder manifestar, y que era la que mejor definía al guerrero del karategui blanco contra el ruin opresor. Blair decide tomar un taxi para que la lleve de regreso a su hogar, en donde la esperaba su preocupada madre. Ya eran pasadas las veinte horas, y el vehículo de color amarillo llega a la mansión Dame. Ahí se encontraba uno de los fieles mayordomos de la señora Dame, vestido de un fino traje de color marrón. - Buenas noches señorita, espero que haya tenido un agradable viaje – le dijo el anciano hombre de la mirada sincera, quien se encontraba por los peldaños blancos de mármol que daba a la entrada de la casa. Ah, Lungland… habría sido mejor si mi madre no te hubiese enviado a estar fisgoneando mis asuntos. - Lo siento mucho, señorita Blair, yo solo recibo ordenes, además… está en mi contrato – le dijo el hombre de pronunciada calvicie quien tenía conocimientos en las artes marciales. De acuerdo, y dime mi buen Lungland; ¿cómo se encuentra mi preocupada madre?. - En estos momentos la Señora se encuentra en el salón de comedor con algunas amistades terminando de cenar, señorita – le dijo de manera muy servicial el anciano de blancos cabellos y pronunciada calvicie. Blair Dame muestra rostro afable por la reverencia que había hecho uno de los hombres de confianza de su millonaria madre. Luego la exuberante y bella mujer de los azules cabellos quien cargaba su bolsa oscura de importante marca deportiva a sus espaldas, finaliza la escena subiendo las tres gradas de mármol, para finalmente ingresar a su lujosa mansión.
Continuara en una Próxima Historia…
capc