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Historias de la Peleadora Ángel – Historia de Angel#2 : “Embarazo No Esperado”

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Historias de la Peleadora Ángel – Historia de Angel#2 : “Embarazo No Esperado”  
   
   


Historias de la Peleadora Ángel – Historia de Angel#2 : “Embarazo No Esperado” Angel_30


   

   
Escrito por: capc
1.- Cabe señalar que esta es una historia y/o cuento que no está dentro del canon de los personajes de las respectivas compañías de videojuegos, ya que solo es un fan fic.  

2.- Todos los derechos reservados y demás pertenece(n) a la(s) compañía(s)/persona(s) que crearon a los personajes, imágenes y demás que se mencionan, muestran en estas historias elaboradas por mi persona.

3.- Son historias que comparto sin fines de lucro, solo para mostrar mi arte a las personas que admiran a esta bella artemarcialista muy conocida en la popular franquicia de KOF de la Co. SNK.






Historias de la Peleadora Ángel – Historia de Angel#2 : “Embarazo No Esperado”




I
Era la mañana de un lunes en la ciudad de Florida, y una mujer de cabellos blancos y ajustados pantalones blue jeans rasgados sale de una clínica, con rostro algo desorientado. Ella monta su vehículo motorizado y se retira del centro de salud para ir a ver a un hombre con el que se encontraba en una especie de relación sentimental. - Ey, muy bien Tizoc, te encuentras en muy buen nivel… ¿no piensas lo mismo, Joe? – le dijo Terry quien había visto el triunfo del corpulento wrestler, sobre el peleador japonés de la cinta blanca en la frente. ¡Rayos! No me gusta perder seguido contigo, cabeza de águila… pero reconozco mi derrota, y ya está. El enorme wrestler de la trusa roja oscura cruza los brazos, para luego apuntar su mirada hacia el líder del equipo, quien estaba debajo del cuadrilátero con el anciano Victorino, y sus asistentes. - Vamos Joe, tienes que ser buen perdedor… ya estamos a solo días de participar del torneo, solo es una pequeña mala racha la que tienes con Tizoc, en los encuentros de torneo te iras sacando la bronca contra tus oponentes, mi amigo, ¿Ok?. El experto en la disciplina del Muay Thai le muestra al luchador Mexicano una mirada seria, acompañada de una mueca llena de confianza, para luego asentir con la cabeza. Tizoc acepta la especie de reverencia que le había hecho el hombre del dorso desnudo y cinta blanca en sus oscuros cabellos, de esta manera aceptando una nueva derrota ante el guerrero mexicano quien era muy popular en su país.  - ¡Ey Tizoc! Vinieron a verte – le dijo uno de los adiestradores de luchadores que trabajaban en el gimnasio en donde suelen entrenar los miembros del equipo Fatal Fury. Terry y Joe apuntan sus miradas hacia la exuberante mujer de la camiseta gris oscura y de llamativo escote, quien no mostraba su rostro coqueto como en otras ocasiones. Ey conejita, ¿has venido a ver mi entrenamiento?, le pregunta el wrestler de la cabeza de águila, con ambos brazos apoyados sobre la tercera cuerda cuyo color era de un azul. - Necesitamos conversar en privado grandote… es un tema delicado – le dijo Angel.



II
Después de pasar por la ducha y cambiarse de ropas, Tizoc ahora llevaba puesto una camiseta blanca y unos pantalones de vaqueros, y su imponente mascara en forma de águila. - Jefe, nos vemos mañana en el entrenamiento, hasta luego – le dijo Tizoc a Terry, despidiéndose de él, para luego decirle a Joe; Espero no haber lastimado un poco tu orgullo, mi amigo. – Ey, tranquilo cabeza de pájaro, es solo una pequeña mala racha la mía, ya mañana estaré mejor… disfruta la tarde con tu amiguita – le dijo el peleador japonés ex campeón de Muay Thai. Eso hare, hasta mañana campeón. El enorme wrestler de las zapatillas blancas la ve a ella al lado de su lujosa motocicleta de cromados rines, cavilando, y con mirada un poco desorientada. - Ey conejita, ya estoy libre de tiempo, ¿Qué te cuentas dulzura? – le dijo el hombre de los dos metros y quince centímetros de altura, quien luego con sus enormes manos agarra las caderas de la chica de los ajustados pantalones de vaqueros rasgados. Ella besa su pecho, ya que era la manera como saludaba a su enorme amigo de la máscara en forma de águila, luego aprieta sus labios, para finalmente agachar un poco la cabeza con mirada pensativa. Oye, te noto un poco pensativa conejita… ¿puedo saber cuál es ese asunto delicado que querías tratar conmigo?. Ella atisba la mirada de águila que le había puesto Tizoc, quien quería saber que preocupación encerraba la mirada de la mujer del generoso pecho. - Vengo de hacerme unos chequeos médicos en la clínica… y me salió positivo – dijo la exuberante mujer de los cabellos blancos recortados y ojos azules. El wrestler profesional se queda un poco aterido por lo que le dijo la peleadora del llamativo escote en su ajustada camiseta gris oscura, quien había tomado una dura decisión sobre el próximo torneo del Rey de los Peleadores el cual ya estaba cerca de iniciar. ¿Qué me quisiste decir con eso linda?. Estoy esperando un hijo tuyo grandote. ¡Qué cosa!, ¿Quién, yo?. A ella parece que se le muestra una vena en la sien, luego con su mano derecha alcanza el pico de la máscara del hombre que la habría dejado embarazada, para luego apretarlo, para finalmente decirle: ¡Sí! ¡Fuiste tú!, ¡tonto!.



III
Ellos ahora se encuentran en la parte de atrás del gimnasio en donde Tizoc va a entrenar con su equipo los Fatal Fury, en donde se veían niños jugando baloncesto. ¿Y tú que quieres hacer?, le pregunta el wrestler de las blancas zapatillas quien estaba parado viendo jugar a los niños baloncesto, y quien la tenía a ella sentada en uno de los bancos de piedra, cavilando, con ambos brazos apoyados sobre sus dobladas rodillas las cuales las tenía a la altura del mentón. Ella dirige su mirada al rostro del causante de su ligero estado melancólico, y luego le dice: No lo sé… estaba ilusionada en participar del próximo Rey de los Peleadores, y se me presenta esto… no estoy lista para esto del matrimonio, y no se… no sé si podré ser una buena madre para esta criatura que se está formando en mi vientre. Ahora quiero saber, ¿Qué piensas tú, grandote?. Tizoc detrás de esa imponente mascara en forma de águila pone mirada un poco adusta, y le dice: ¿Qué quieres decir con eso?. Tú sabes a lo que me refiero, si quieres tenerlo o no a la criatura que se está formando dentro de mí. El enorme wrestler suspira, con su mirada nuevamente hacia el grupo de niños que buscaban encestar en el viejo aro de metal, luego atisba nuevamente a la joven mujer del generoso pecho, y le dice: No lo sé, no estoy listo para esto del matrimonio tampoco, pero… Ella le dice: ¿Pero que, grandote?. Él ahora con sinceridad le dice: Quisiera hacerme cargo de ese niño, y reconocerlo como mi hijo… eso, me gustaría. La exuberante peleadora de los jeans rasgados, muestra una ligera alegría en su rostro, ya no mostrando una mirada desorientada, para luego ella decirle: Esto es nuevo para mí, nunca me habían dejado embarazada… sí que la hiciste, mi grandote. Tizoc presiente que el hijo que está esperando la artemarcialista Angel… es suyo.    



IV
Ya estaba cerca de mostrarse la puesta del sol, y ahora el corpulento y enorme wrestler se encontraba con la peleadora Angel en el mirador, atisbando las casas y el paisaje de la peligrosa ciudad de South Town. -¡Nyaa! Estaba ilusionada de participar en mi tercer King of Fighters, y quien iba a imaginar que no una seria lesión, sino un embarazo me dejaría fuera del más importante de los campeonatos de artes marciales… Sí que me la hiciste grandote – dijo Angel, quien rascaba con ambas manos sus blancos cabellos de su nuca, con malestar en su rostro. Ya, no te enojes conmigo Angel… ya te he dicho que voy a cumplir como hombre con esa criatura… Sé que anhelabas participar del torneo que está cerca de iniciar, pero sabes muy bien que de entrar pondrías en peligro la vida de esa criatura… Y no soy un poco hombre para sugerirte que te hagas un aborto, recuerda que soy el gran Tizoc, el luchador profesional que adoran los niños… que ejemplo sería para ellos, si se enteran que su ídolo está de acuerdo con esto de los abortos, ¿me entiendes verdad, mi dulce conejita?. Ella ahora le muestra semblante alegre, y le dice: Prométeme que ganaras con tu equipo el torneo por mí, grandote. Solo te puedo asegurar conejita, que voy a dejarlo todo en el campo de batalla para buscar con Fatal Fury hacerme del torneo, ¿de acuerdo?. Ella le asiente, y luego besa su pecho. Tizoc le dice: Oye, conejita, ¿Qué te parece si cambiamos de escenario, y nos vamos a un buen lugar a comer?. - ¿Pao Pao Café? - le pregunta la mujer de los ojos azules y cabellos blancos recortados. El hombre quien medía dos metros y quince centímetros de altura le dice: Así es mi conejita, es uno de los mejores lugares para comer y pasarla bien con los amigos. Ahora, vamos por tu vehículo, y vayamos al Pao Pao. La motocicleta de la exuberante artemarcialista de los jeans rasgados llega al concurrido restaurant bailable. La mujer de la peculiar casaca de cuero negro, quien había viajado sentada atrás del hombre de la máscara en forma de águila, baja de su motocicleta, y con él entran al establecimiento de comidas, el cual tenía fieles comensales.



V
Tizoc y Angel estaban en una de las mesas del concurrido Pao Pao Café, en eso, una pareja de artemarcialistas se les acerca a la mesa. - ¡Hola Tizoc! Tiempo sin vernos cabeza de codorniz, veo que estas bien acompañado – le dijo un hombre quien también era un wrestler mexicano, quien estaba acompañado de una atractiva mujer de cabellos rojizos, quien era un poco más alta que él. Su acompañante era Vanessa, quien saluda con su mano derecha levantada y afable mirada a la pareja que se encontraba sentada. - ¡Ah! ¿Que se cuentan ustedes dos?, ¿acaso ya le diste el sí a ese atorrante, Vanessa? – pregunta el hombre de la camiseta blanca y pantalones de vaqueros. Angel pone su mano derecha tapándose la boca mientras reía por la ocurrencia del corpulento y enorme artemarcialista de la cabeza de águila. La mujer de los cabellos rojizos le dice: Que ocurrencia la tuya querido, solo pasamos a visitar el local de Richard para deleitarnos de la excelente comida, nada más. - Si, seguro – dijo la joven mujer de los ojos azules y cabellos blancos recortados, en forma un poco burlona, y con una tonalidad de voz un poco… prolongada. Vanessa cierra los ojos acompañada de una mueca sonriendo con los labios, para luego decirle a la exuberante mujer de los jeans rasgados: Enserio queridita, estoy haciendo lo mismo que tú… con él. Angel se muestra un poco alterada, y le dice: ¡De que hablas!, él y yo solo somos amigos. – Si, seguro – le dijo Vanessa, de la misma manera como se lo dijo la mujer de la ceñida camiseta oscura y blancos cabellos hace un momento. Ramón y Tizoc ríen por la forma como se miraban ambas mujeres. - Por favor, acompáñennos en la mesa – le dijo el enorme wrestler a los que yacían erguidos. - ¿No habrá algún problema, mi amiga? – le pregunta la mujer pugilista quien estaba arriba de los treinta años. La mujer que dominaba el arte marcial del Perfunctory le responde: Si no vas a estar haciendo suposiciones sobre nosotros dos, no habrá ningún problema, mi amiga. - ¡Bien! Entonces ordenemos, que estoy sedienta y con mucha hambre – dijo la mujer de los rojizos cabellos quien luego se sienta en la silla que le había acercado el wrestler de los cabellos color mostaza. - Buenas noches mis queridos amigos, ¿qué es lo que van a ordenar? – les pregunta el dueño del local, Richard Meyer. - ¡Tráenos tu mejor pizza y mucha cerveza, hoy tenemos que celebrar este encuentro! – le dijo Ramón quien frotaba con su mano izquierda el hombro de la pugilista.  



VI
Los cuatro artemarcialistas se encontraban consumiendo el alimento, acompañados de música que provenía de un grupo de músicos que cantaban con sus instrumentos musicales. - Esta noche no has tomado más que solo un jarro de cerveza querida, ¿acaso estas mal del estómago? – le pregunta Vanessa a la joven mujer de los cabellos blancos. Detrás de su imponente mascara en forma de águila, el enorme Tizoc miraba a Angel de soslayo, con algo de nerviosismo. A decir verdad mi amiga, no tengo ganas de consumir cerveza esta noche… yo paso. Ramón, quien tamborileaba con los dedos de su mano izquierda la mesa por los efectos de la agradable música, veía con ojos achinados a Tizoc, mientras ingería el líquido alcohólico de su jarro de cerveza, el cual sujetaba con su mano derecha. El wrestler, que como Tizoc, provenía del país de México, presentía que la mujer que fue manipulada genéticamente en una organización delictiva en el pasado, y el enorme y corpulento hombre de la máscara en forma de águila, estaban como amigos… sentimentales. La artemarcialista de los ojos azules y pantalones rasgados estaba cavilando en lo que le dijo la especialista de la clínica esa mañana, sobre su alimentación en estado de gestación. Ella oculta la verdad que encierra su vientre, ya que, no quería que se rumoree que estaba embarazada del hombre a quien ella llama su… grandote. Angel, quien es de coquetear a los hombres que enfrenta en torneos de artes marciales, y quien estaba con semanas de gestación, empieza a sentir los primeros síntomas de las náuseas. Ella aparenta que no tiene nada malo, y luego les dice: Saben, tengo que ir un momento al tocador, ya regreso. El wrestler de la imponente mascara de águila mira a su acompañante ir rauda a los servicios higiénicos. - Esa Angel la última vez que conversamos me dijo que estaba muy emocionada de participar en el Rey de los Peleadores que ya está próximo, pero como que la note un poco distante del tema esta noche, ¿no lo creen así? – les pregunta Ramón quien luego le da una mordida a su pizza. El corpulento hombre quien media más de dos metros de altura, le da un nuevo sorbo a su jarro, mientras pasaba por su mente no tocar en absoluto el asunto del embarazo de la exuberante peleadora de los cabellos blancos recortados.



VII
Y tú, Tizoc, ¿Qué crees que le está pasando a nuestra amiga?, le pregunta Vanessa, intrigada. El corpulento wrestler, quien tenía la parte baja del pico descubierta, le da un nuevo sorbo a su jarro y luego le dice: Parece que ella está arrastrando una lesión, y eso tal vez la imposibilitaría de no ingresar a la clasificatoria para entrar al campeonato. Ramón le dice: ¿Enserio?, pues a mí no me dijo nada esa coqueta. - Pues es obvio, querido, se trata de un torneo muy importante, que está a la vuelta de la esquina – le dijo su acompañante quien vestía una blusa de color rosado fuerte, y unos pantalones acampanados y oscuros. La bella mujer de la chaqueta de cuero negro y ajustados pantalones de vaqueros rasgados, regresa a la mesa a sentarse al lado del hombre que la dejó fuera del campeonato de peleas más importante del mundo. ¿Y ustedes porque me miran así?. Lo siento querida, nos enteramos de buena fuente que al parecer no participarías del torneo… es una verdadera lástima. - Por cierto Angel, ¿dónde tienes la lesión?, porque te vi ir y regresar del baño sin cojear – le dijo el wrestler mexicano de los pantalones verdes con negro. ¿Qué? ¡Ah! Eso… es una lesión que tengo por los ovarios… me dijeron que me tienen que sacar como unas albóndigas, y la recuperación me tomara unas semanas. - ¡Ah! Entonces era eso lo que te tenía callada – le dijo Ramón, quien con Vanessa tampoco participaría del magno torneo de artes marciales que ya estaba muy cerca de iniciar. Ya eran altas horas de la noche y ambos se despiden de Ramón y Vanessa, y del muy concurrido Pao Pao Café. Ahora ambos se dirigían al vehículo motorizado. Bien conejita, voy a llevarte a tu departamento, y mañana te llamo para saber cómo sigues, ¿de acuerdo?. Ella frota con su mano derecha el trabajado abdomen del hombre de los pantalones de vaqueros, y coqueteándole le dice: Grandote… quiero que me dejes en casa, y pases toda la noche conmigo… ¿quieres?, ¿sí?. Al enorme y corpulento wrestler de la máscara de águila le gustaba cuando la artemarcialista quien también es oriunda de México, se ponía sensible con él en la… intimidad.    


VIII  
Ya eran altas horas de la noche en algún lugar de South Town, y la pesada y cromada motocicleta de la fuerte mujer de los blancos cabellos, que en el pasado fue manipulada genéticamente por una ruin organización, llega al lugar donde se veía el edificio en donde quedaba ubicado su hogar. Otra de las cosas que le gustaba al enorme y corpulento luchador de la cabeza de águila, además del cuerpo y los sentimientos en la intimidad de la exuberante y fuerte mujer de los azules ojos, era su lujosa motocicleta la cual le gustaba mucho a Tizoc manejarla. Ambos entran al elevador que los llevaría al cuarto piso. Ella aprieta el botón con el número cuatro, el cual se enciende de un color ámbar, cerrándose lentamente las puertas acompañadas de un ruido que hacia el viejo ascensor. En eso, el elevador empieza a fallar cuando estaba por el piso tres. ¡Rayos! Se me olvido decirte que el ascensor estuvo fallando esta mañana, grandote. ¿Y recién me lo dices, mujer?. Pero no te preocupes conejita, no nos quedaremos atrapados aquí. - Afortunadamente aquí está Tizoc, que va abrir ahora mismo las puertas – le dijo el enorme mexicano, quien dobla su brazo derecho, mostrándole a su amiga sentimental su imponente biceps. Ahora él le muestra sus grandes manos a ella, para luego Angel arrojar un escupitajo en ellas. Finalmente, el hombre de los pantalones de vaqueros y blanca camiseta frota ambas manos, para luego separar las puertas de metal, hasta que estas quedan… abiertas. Unos curiosos habían salido asomarse de las puertas de sus apartamentos, por el ruido que habían hecho las puertas de metal del viejo elevador. Ella les muestra una sonrisa coqueta con los ojos cerrados, mientras saludaba con su mano derecha a los vecinos curiosos que habían presenciado lo que había hecho su acompañante. Los inquilinos solteros que sabían bien quien era la mujer de la chaqueta de cuero negro y pantalones jeans rasgados, le arrojan unos cuantos silbidos y piropos. - Gracias, ya pueden regresar a sus madrigueras – les dijo con seriedad en su voz el hombre de la imponente mascara en forma de águila. - El precio de la fama, grandote, tu sabes – dijo la exuberante Angel, haciendo gesticulaciones con los dedos de ambas manos. Luego ella saca la llave de su peculiar chaqueta negra y abre la blanca puerta en donde se veía el número cuatrocientos uno. Ambos ahora se encontraban sentados en el sofá viendo la televisión, en eso, Tizoc le dice a la mujer cuya cabeza descansaba en uno de sus fornidos brazos: Conejita, por favor tráeme una lata de cerveza de tu nevera, ¿quieres?. Ella palmea la pierna izquierda del enorme wrestler acompañado de un ligero bufido, luego se levanta del cómodo sofá, para finalmente recibir una palmada a la altura de una de sus torneadas piernas, algo que hace que ella le muestre una sonrisa al hombre de la imponente mascara en forma de águila. Angel ya dentro de la cocina abre su blanca refrigeradora, en donde se veían las latas verdes del codiciado líquido alcohólico, luego agarra una de las heladas latas, para finalmente recordar; que estaba esperando un hijo de la semilla del hombre que ella llama su grandote, y quien fue el culpable, de haberla dejado fuera del torneo de artes marciales más importante de todo el mundo… y además recordaba, que ya no podría beber el líquido que tanto a la mexicana le gustaba, al menos, hasta después de tener a la criatura que se estaba formando dentro… de su vientre.



Continuara en una Proxima Historia…
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