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Historia de Raquel – *La Ninja Americana* #18 : “Promesas entre Amantes” (+18)

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Historia de Raquel – *La Ninja Americana* #18 : “Promesas entre Amantes”




Historia de Raquel – *La Ninja Americana* #18 : “Promesas entre Amantes” (+18) Rachea65


Historia de Raquel – *La Ninja Americana* #18 : “Promesas entre Amantes” (+18) Terry_24




  
Autor : capc

1.- Cabe señalar que esta es una historia que no está dentro del canon oficial de personajes del videojuego del genero Fighting Game Martial Champion (Campeón Marcial) de la Konami. Así también, de personajes de los  videojuegos de las Arcades de Fatal Fury y de The King of Fighters de la SNK.  

2.- Todos los derechos reservados y demás pertenece(n) a la(s) compañía(s)/persona(s) que crearon a los personajes, imágenes y demás que se mencionan, muestran en estas historias creadas por mi persona.  

3.- Son historias que comparto sin fines de lucro, solo para mostrarles mi arte a las personas que admiran este mundo de las luchas de personajes de videojuegos de peleas.    



Personajes creados por capc :
Gokunk : Es el Lider de una organización criminal de ninjas subversivos en Japon.
Jaramyu : Es el segundo al mando de la organización subversiva.
Markus : Es el hermano de Raquel Kelsey.




Historia de Raquel – *La Ninja Americana* #18 : “Promesas entre Amantes”


I
Era una cálida tarde en una casa del balneario de la playa de Florida, EE.UU. Después de haberle quitado su castidad, Terry Bogard, quien volvía a tener su miembro erecto, se preparaba para el segundo asalto con su bella amante. El hombre del dorso desnudo, cuyo miembro se había vuelto a poner erecto después de haber arrojado su espeso líquido seminal dentro de Racheal Kelsey, se preparaba para volver a sentir el vientre estrecho de Racheal, el cual hacía una placentera presión en el miembro sexual de su varón, en esa romántica tarde en donde ambos cuerpos desnudos se entregaban por amor. La ninja americana quien se encontraba completamente desnuda, vuelve a tomar el control de la situación. Ella se levanta del espacioso lecho King size, pone su desnudo pie derecho sobre los pantalones blue jeans los cuales estaban bajados hasta los tobillos, para luego golpear ligeramente con su palma derecha el dorso de Terry, haciendo que se siente sobre el borde de la espaciosa cama. Él hace una mueca sonriendo, ya que, presentía lo que ella quería hacer en ese cálido y excitante momento. El hombre de los cabellos amarrados como cola de caballo ahora se empieza a acostar en el lecho, con su antebrazo izquierdo debajo de su nuca, y con ella erguida, mostrándole a su varón una sonrisa atrevida. Ella frotaba con la uña del segundo dedo de su mano derecha nuevamente la cabeza del miembro de Terry, el cual había roto hace un momento la membrana del himen de la exuberante mujer de los grandes pechos. Luego le dice a su varón con suave voz: Con tu permiso. Ahora Raquel se pone de espaldas, mostrando su gran derrier, para luego agarrar sus largos y dorados cabellos con su mano izquierda, y mostrar lo que ocultaba, las cuales eran unas cicatrices que se veían en su espalda, esto, a causa de peleas dentro del cuadrilátero en sus participaciones de torneos de artes marciales sangrientos que tuvo en el pasado, para finalmente con los dedos de su mano izquierda buscar colocar la gruesa y colorada cabeza del pene de Terry en sus labios vaginales. Él no le dice nada acerca de las feas cicatrices que se veían en su perfecto cuerpo, ya que, ya las había visto la noche en que el desnudo cuerpo de Racheal Kelsey yacía tirado cerca a la puerta de su habitación del piso veintidós, en un hotel de la ciudad de New York, EE.UU, en donde por muy poco casi es raptada por un grupo de ninjas subversivos al mando del cruel ninja Jaramyu, quien era la mano derecha de Gokunk, un temible criminal, experto artemarcialista, y líder de una organización subversiva, la cual quería secuestrar a la ninja americana para que termine trabajando en su organización criminal. Ella lo mira de reojo con sus grandes y azules ojos como los zafiros antes de sentarse en su erguida pieza, para luego proceder con lo que tenía en mente. Raquel, quien estaba un poco aquejada de ambas piernas, ahora se sienta en el miembro de su varón, no entrando en un primer momento todo el órgano sexual dentro de su vagina, mientras descansaban ambas manos de la bella rubia sobre las fuertes rodillas de su cariñoso lobo… para luego ella empezar a darle sentones al poderoso guerrero norteamericano quien sentía placentero el interior de la mujer de las grandes y blancas nalgas. Por cada sentón que ella daba, la pieza de Terry más se enterraba. Ella le dice gimiendo a su varón; ¿Cómo se siente?. Terry, quien ahora tenía ambas manos a la altura de sus caderas, le dice: Muy apretado aquí abajo… pero se siente muy bien. La exuberante mujer de las grandes caderas decide aumentar el ritmo, haciéndose más sonoros los sentones que le daba al miembro de su amante. El hombre de los azules ojos y dorso desnudo ahora separa ambas rodillas, mientras sentía los músculos de la estrecha vagina de Raquel presionar su órgano sexual el cual estaba más duro y cerca de eyacular. Racheal presentía que su novio estaba muy cerca de venirse, y se prepara para realizar una nueva y atrevida movida. Raquel rápidamente se retira del miembro de Terry, para luego darse vuelta y con su mano izquierda agarrar la pieza que se había tambaleado bruscamente de un lado para el otro, estando ahora atenazado el miembro de Terry por los entrenados dedos de su novia, quien no pierde tiempo, agitándola rápidamente de arriba a abajo, y con sus labios muy cerca de la uretra de la colorada y gruesa cabeza que estaba por arrojar nuevamente el cálido líquido seminal. Raquel procura ingerir todo el esperma blanquecino que salía arrojado violentamente de la uretra de Terry, ya que, pensaba que tenía propiedades beneficiosas para ella.    




II
Raquel después de haber ingerido el cálido liquido blanquecino de su varón, y de haber tenido su primer sexo oral, se queda mirando las contracciones que hacia la pieza sexual de Terry Bogard la cual quería tener un round más con la mujer quien tenía las caderas más proporcionadas en volumen de tamaño que la de su ex pareja sentimental, Blue Mary Ryan. Luego el corpulento peleador se levanta un momento de la cama, para quitarse las zapatillas y retirarse sus pantalones de vaqueros, para luego acomodarse nuevamente en el espacioso lecho, junto con la exuberante ninja norteamericana quien acariciaba el abdomen de su varón. - Parece que mi cuerpo excita mucho a tu cabezón amigo – le dijo la mujer de la blanca piel como la leche y cicatrices en la espalda, quien frotaba con la uña del segundo dedo de su mano derecha la prominente cabeza del órgano sexual de su amante. Lo siento, tal vez sea porque nunca había tenido en la intimidad a una mujer virgen tan hermosa como tú, Raquel. Lo último dicho por su varón a ella la entusiasma. Luego Racheal vuelve a tomar el control de la situación, pasando su robusta pierna derecha por encima de su entrepierna, ubicándose ahora ella sentada encima del vientre bajo de Terry, quien se veía más cómodo en el espacioso lecho. Ella empieza a jadear, mientras se frotaba ambos generosos pechos. La mujer de los grandes ojos azules como el zafiro empieza a mover lentamente sus caderas, pero al hacerlo, le aquejaban las piernas, las cuales no habían sanado completamente. Terry entiende que ella todavía no está recuperada de sus lesiones, y la invita a reposar sobre su pecho, algo que ella hace de inmediato. Ahora Raquel acariciaba con su brazo izquierdo el pecho desnudo de su varón, quien estaba oliendo los rubios y largos cabellos de la mujer del impresionante cuerpo desnudo. Terry Bogard mientras pasaba los dedos de su mano izquierda por la espalda de su novia, le dice: ¿Quién te las hizo?, si se puede saber. La mirada de Raquel quien veía la pieza de su varón la cual se veía un poco más relajada, ahora cambia drásticamente, recordando rostros de sujetos que en el país de Japón la atormentaron y que terminaron lastimando su cuerpo, como también recuerdos de algunos encuentros sangrientos que tuvo ella en el cuadrilátero, esto, en su participación de campeonatos de artes marciales pasados. Terry se percata de la mirada de loba solitaria que había puesto su novia, y luego le dice: Lo siento, no quería hacerte recordar algo horrible que has vivido en ese lugar… Perdóname. Ella vuelve a cambiar su mirada, y ya más tranquila por las palabras del hombre que la estaba haciendo suya en esa cálida tarde en el balneario de la playa de Florida, le dice: las cicatrices que me hicieron esos cobardes no se me pueden borrar… tengo que a aprender a vivir con ellas. - ¿Entonces era por eso?… - le dijo Terry, recordando las veces que ella se negaba en mostrarse en ropa de baño en la playa. Raquel, quien le muestra rostro atribulado, le asiente con la cabeza, y luego le dice con dignidad: Fui humillada por esos malos hombres… pero no llegué a ser deshonrada como ellos quisieron. - Parece que estoy arruinando el momento, tu pene ya no se muestra muy entusiasta como hace un momento -  le dijo ella quien pasaba los dedos de su mano izquierda en su pieza la cual se veía relajada y doblada para su derecha, ya no mostrándose su cabeza tan prominente como hace un momento. No me las agarres, solo haces que malos recuerdos regresen a mi atormentada mente. Por favor, ya no lo hagas Terry. Él, quien ahora se encontraba sentado, veía el afligido rostro de su novia, luego agarra sutilmente el suave mentón de Racheal con su mano derecha, y con su pulgar pasándolo por su rosado labio inferior, le dice: No me gusta verte triste, Raquel… Voy hacer algo que te va a borrar esa tristeza en tu rostro… ahora, voltéate, ¿Ok?. Ella hace lo que le dice, mostrándose ahora de espaldas.


III
La ninja americana quien yacía de espaldas sobre la cama King size, siente los dedos de las masculinas manos de Terry masajear con cariño su cuello, para luego agarrar sus largos y dorados cabellos, juntarlos, y colocarlos hacia la izquierda de su cuello. Ella, quien con su mano izquierda sujetaba sus rubios cabellos que descansaban sobre su generoso pecho, mira de soslayo a Terry, quien ahora tenía ambas manos apoyadas sobre su espalda. ¿Qué estás haciendo Terry?, le inquiere la mujer quien tenía tres llamativas cicatrices, en donde una de ellas tenía la forma de una cruz o aspa. - Espera y veras, no te muevas, ¿Ok? – le responde el hombre del cuerpo desnudo, quien estaba utilizando un arte de sanación que se lo había enseñado una mujer hace unos años atrás, el cual era para cerrar y curar heridas. Raquel, quien le causaba extrañeza lo que estaba haciendo Terry en su espalda, abre bien los orbes de sus ojos azules como el zafiro, mostrando ahora rostro de incredulidad, ya que, sentía que sus cicatrices que tenía en su espalda y que no se podían borrar, ahora habían… desaparecido. Terry ahora estaba palpando con el pulgar de su mano derecha en los lugares en donde ya no se veían las feas cicatrices que habían sido adquiridas por su novia en el pasado en sus combates de torneos de artes marciales, y en enfrentamientos en donde estaba en juego su vida. - ¡Ya no las siento, ya no las siento! – dijo ella, quien de sus grandes y azules ojos empiezan a brotar lágrimas. Luego atisba al rostro del hombre que había borrado las cicatrices que tenía ella en su espalda, y luego le dice: ¿Cómo hiciste eso Terry?. Solo es un pequeño truco de magia que me enseñó una amiga en el pasado, solo eso, ¿Ok?. Luego él, quien le mostraba esa característica mueca con los labios llena de confianza, agarra con su mano derecha su dócil y bello rostro el cual le mostraba ahora un semblante muy alegre, y le dice: Esto se ve mucho mejor. Racheal Kelsey no puede contener su alegría, y busca con sus rosados labios los de su amante, para besarlos de manera apasionada. Ambos yacían sentados sobre el espacioso lecho de sábanas blancas, en donde se veían algunas manchas de color amarillo, con los dedos de la mano izquierda de Terry frotándolos en las exuberantes caderas de la ninja americana, y con los dedos de su mano derecha acariciando la parte despoblada de vello púbico de su vientre bajo. El momento íntimo que se vivía en esa cálida tarde era muy romántico entre ambos artemarcialistas que se entregaban por amor. Los labios de Terry Bogard y Racheal Kelsey no se separaban de sus bocas. Ella siente como el peso del cuerpo de su varón la empieza a inclinar lentamente, hasta recostarla de lado. Ahora Raquel arquea un poco la pierna derecha, abriéndola, y la cual era la que menos la aquejaba, presintiendo lo que quería hacerle Terry en ese momento a su cuerpo. La mujer de las aureolas rosadas y generoso pecho traga saliva, al sentir dura nuevamente la pieza de su varón, la cual frotaba sus grandes y perfectas nalgas, y por su mente de Racheal Kelsey pasaba la cabeza de la venosa pieza de Terry, la cual cuando aumentaba su tamaño se veía… sobresaliente para ella.


IV
Ahora el hombre conocido en el mundo de las luchas como el legendario lobo hambriento, sujeta la robusta pierna derecha de la guerrera americana, para luego darle un tierno beso en su hombro derecho de Racheal, para finalmente estirar la bien torneada pierna de ella con su musculoso brazo derecho. Los rosados labios de la boca de la vagina de Raquel se veían ahora abiertos, y listos para permitir que Terry entre nuevamente en ella. El miembro duro de Terry vuelve a ingresar en su bajo vientre estrecho de Raquel quien da un fuerte gemido al sentir la gruesa cabeza del pene de su apasionado novio acariciar sus entrañas. La sensación que sentía el hombre también llamado; la leyenda de South Town, al penetrar la vagina de su novia era diferente a la que sentía cuando estaba en la intimidad con la otra bella artemarcialista, Blue Mary Ryan, cuyos músculos de su bajo vientre no apretaban tanto, como si lo hacían los de la bella ninja americana quien tenía un abdomen muy bien entrenado, y además, porque no era mujer fornicaria. Raquel daba gemidos placenteros al sentir como la experimentada pieza de su varón entraba y salía de su bajo vientre en esa romántica y cálida tarde, en un agradable lugar del balneario de la Playa del Estado de Florida. Terry, quien embestía de manera reiterada y apasionada dentro de Racheal, besaba la oreja derecha de su amante a quien le rebotaban sus generosos y grandes pechos, para luego susurrarle entre besos y sonrisas; “está un poco estrecho ahí abajo”. Lo que había empezado como una experiencia sexual dolorosa para Raquel, ahora era una sensación placentera, agradable y apasionada, la que mostraba la guerrera americana con su pareja sentimental quien arremetía con entrega y amor dentro de ella. La artemarcialista entrenada con las peligrosas artes ninja en el pueblo de Kanazawa, Japón, estaba feliz por la manera como se entregaba Terry Bogard con el exuberante cuerpo de la mujer de los grandes ojos como los azules zafiros. Racheal, quien sentía que se venía, siente que su varón está por venirse nuevamente, y le dice: ¡Me vengo Terry! ¡Me vengo Terry! ¡Me vengo Terry!... ¡¡¡Me vengo!!!. Terry Bogard, quien sujetaba con su fornido brazo la estirada y robusta pierna derecha de su novia, empezaba a arrojar dentro de ella su cálido líquido blanquecino. Ahora ambos cuerpos bien entrenados dejan de balancearse, con ambos amantes besándose de manera apasionada en los labios, y con líquido blanquecino saliendo de los rosados labios de la vagina de la ninja norteamericana.  



V  
Racheal pone su cabeza sobre el pecho desnudo de su varón, quien se encontraba con su brazo izquierdo doblado debajo de su nuca, descansando, y con su nariz olfateando sus exquisitos y dorados cabellos de su novia, quien esa mañana se los lavó con un shampoo aromático. Por otra parte ella, con los dedos de su mano izquierda frotaba el abdomen del hombre que la hizo suya esa cálida tarde, mientras veía con sus grandes ojos como el zafiro su pieza sexual la cual mostraba unas leves contracciones, para luego con el pasar de los segundos mostrarse ahora el pene de Terry doblado para su derecha. A Raquel a quien le aquejaban un poco sus robustas piernas, acaricia con su blanca mano izquierda el miembro cansado de su varón el cual ya había cumplido su función esa tarde con ella, y luego le dice a Terry: Gracias por entrar en mi vida, Terry. No, gracias a ti por haber entrado en la mía, Racheal. Ella, quien ahora estaba con ambos rosados pezones apuntándolos hacia el techo blanco, le dice: Ahora supongo que deberíamos casarnos. Terry le dice: Según lo que me dijiste la otra vez; tú todavía no estás pensando en tener hijos, por este asunto de completar tu agenda de participaciones en esos campeonatos de artes marciales en donde te has comprometido en participar fuera de nuestro país… y por mi parte pienso; que cuando te deje embarazada, ese día te propondré matrimonio, para desposarnos en el Altar de Dios… no sé si estarás de acuerdo conmigo con este pensamiento, mi hermosa amiga. Pienso igual que tú, mi buen lobo… estoy de acuerdo, el día que tu semilla me deje embarazada, haremos los preparativos de inmediato para nuestra boda de ensueño, ¿de acuerdo?. Él le asiente mientras veía la mirada de felicidad de su pareja sentimental quien ahora acariciaba con su mano izquierda el pecho de su varón, para luego él besar su frente, y seguir reposando su cuerpo al lado del exuberante y bello cuerpo de Racheal Kelsey. El legendario lobo hambriento, quien sufrió sensibles perdidas de bellas mujeres ante sus ojos en el pasado, guardando mucha culpabilidad por sus muertes, era la primera vez que mostraba verdadero amor hacia una mujer, incluso mucho más que cuando estaba en una especie de noviazgo con la artemarcialista Blue Mary Ryan… quien muchas veces eludía el tema del matrimonio. Y no podía haber mujer más feliz esa tarde en donde ya se mostraba el ocaso del día, en el Estado de Florida, y en todo el país de los EE.UU… Racheal Kelsey, quien estaba en sus treinta y dos años de vida, había sido iniciada en el honrado lecho con el hombre que ella deseaba… con el hombre que era su destino… con el hombre que era como la cúspide de una montaña, en donde ella había alcanzado… la estrella más alta.


VI
Ambos cuerpos bien entrenados seguían reposando sobre la cama King size de sábanas blancas. Raquel le dice: ¿Enserio nunca antes has tenido una virgen, mi querido lobo?. Él suspira, atisba su bello rostro, y le responde: No… tú fuiste la primera que tuve en la intimidad. - No te lo puedo creer, un hombre hermoso y popular como tú debe tener a cientos de miles de jovencitas puras soñando con entregarte su castidad en la romántica intimidad… ¿en serio nunca…? - le inquiere ella nuevamente un poco intrigada. Es enserio… además; no puedo mentirle a la mujer que apasiona el corazón de éste lobo… y es palabra de Terry Bogard. - ¿Quieres hablarme un poco de aquella mujer que te enseñó esa habilidad para curar?, te lo agradeceré – le dijo Raquel quien ahora se encontraba de costado, mostrando sus generosos y grandes pechos desnudos, y con los dedos de su mano izquierda acariciando el bien trabajado abdomen de su amigo sentimental. Él suspira, se pone a cavilar en aquella joven mujer de los cabellos azules y ojos color miel que conoció por el año de mil novecientos noventa y cuatro, y luego le dice: Ok… Se llamaba Zulia, la conocí por mediados de los años noventa… en aquella ocasión ella vino de otro país a buscar que la ayude. Es raro que una mujer venga de otro país a buscar a un hombre con el cual no ha tenido ningún tipo de amistad. Él la mira de manera tierna, y le dice: Recuerda que por aquellos años ya era muy conocido en muchos países. - Es verdad, ya habías derrotado a ese monstruo alemán al cual no se le conocía derrota, y también a ese otro peligroso criminal que asesinó a tu padre… estoy muy orgullosa del hombre que esta tarde me ha hecho suya – le dijo la bella artemarcialista quien besa el fornido brazo de su varón y pareja sentimental, Terry Bogard. - ¿Y tú… la amabas? – le pregunta la mujer de los largos cabellos como el trigo, quien sabía que la mujer extranjera ya estaba muerta. Terry le muestra esa característica mueca sonriendo, y luego le dice: Solo te puedo decir; que sentí pureza al estar al lado de ella… y no sé si era amor lo que sentía por ella como el que siento en estos momentos por vos, pero yo, en verdad la quería.



VII
Racheal Kelsey ahora coloca su exuberante cuerpo sobre el pecho de Terry, y con sensualidad en su voz y mirada deseosa le dice a su varón: ¿Sabes qué?, hagámonos una promesa que no pueda ser rota por nada y por nadie… ¿estás de acuerdo, mi apasionado lobo?. Terry da dos guiñadas de ojos relampagueantes, mientras veía esos grandes ojos como los azules zafiros que lo miraban con deseo, y luego le dice: ¿Qué quieres que te prometa Raquel?. Tú sabes que fui entrenada como kunoichi en Japón, ¿y también sabes lo que son capaces de hacer esas peligrosas mujeres con los hombres, cierto?. Claro que sí, me comentaste algo de ello en una ocasión… además; tengo a mi cuñada quien también fue entrenada con esas artes que utilizan ustedes, y según lo que tengo entendido… el hombre que rompe su promesa de matrimonio con una kunoichi, éste lo paga con su vida… pero puedes estar tranquila Racheal, ya te dije que pienso casarme contigo, y esa es una promesa que no pienso romper. ¿Era eso lo que querías que te prometa?. No solo eso, Terry. ¿Qué quieres decir?, le pregunta el hombre de los dorados cabellos y cola de caballo, quien sentía ahora el pulgar de la mano izquierda de la exuberante ninja americana frotar la cabeza de su cansada pieza, mientras veía el bello rostro de su novia, quien esperaba del hombre que ama… un juramento solemne para con ella. Raquel ahora colocaba la uña de su dedo pulgar debajo del glande del pene de Terry, y le dice: Es sobre la fidelidad… quiero que el hombre que tomó mi castidad me prometa fidelidad en esta vida terrenal… y quiero escucharlo de mi apasionado lobo, con sinceridad. Terry Bogard, podía sentir la habilidad que tenía su novia con la mano izquierda en el manejo de la peligrosa arma conocida como shuriken, y luego mostrándole mirada sincera le dice: No es necesario que me pongas un puñal en mi garganta para escuchar sinceridad en mis palabras. ¿Qué dices?, se pregunta Raquel, quien entiende que Terry se refería a la manera como ella tenía los dedos de su mano izquierda alrededor de su miembro… también ella entiende, que debido al daño psicológico que aún padecía, estaba un poco lastimando la pieza sexual de su pareja sentimental… sin saberlo.  


VIII  
Racheal quien agacha un poco la mirada, separa del vientre bajo de Terry su curtida mano izquierda en el manejo del shuriken, la cual estaba un poco temblando, y luego le dice: Lo siento, fue un reflejo involuntario… no sabía que te estaba lastimando. Él acaricia con los dedos de su mano derecha el dócil rostro de su bella enamorada quien ya estaba con más de treinta años de vida… él entendía que su novia tenía un poco de daño mental, esto, a causa de hombres crueles que la hicieron sufrir de la peor manera en el pasado en el país de Japón, y luego le dice: Cambia esa cara mi hermosa princesa… Si te pude borrar esas cicatrices que te tenían cohibida para que no utilices bikinis… también lo haré para borrar algún día esas cicatrices que te dejaron en tu mente. - Terry, ¿en verdad tú…? - dijo la mujer de los grandes pechos desnudos, quien sentía sinceridad en sus palabras y en su mirada. Luego Terry le dice: Así es Raquel… éste lobo quiere serte fiel en esta vida terrena… y la verdad… no creo encontrar a una loba tan hermosa como tú, Racheal. Ambos sellan ese pacto de amor con un beso apasionado, y con ambas lenguas que no dejaban de mostrarse tan afectuosas. Ella quien tenía su frente pegada a la de Terry, le dice: Gracias por acogernos en tu casa, mi querido lobo. Terry besa su frente, agarra con ambas manos su suave rostro, y luego le dice: Ya te lo dije; tú y tu hermano son bienvenidos a vivir al Dojo Shiranui, ahí podrás seguir entrenando con total comodidad y privacidad para prepararte para tus presentaciones en esos torneos extranjeros. Ella suspira, y luego le dice al hombre del pecho desnudo y cabellos amarrados como cola de caballo: ¿Sabes?, Markus a pesar que ya está cerca de cumplir treinta años, tiene el corazón de un muchacho, y tú sabes que él está escribiendo historias de héroes las cuales las muestra en el internet, en donde te deja como un justiciero que ayuda a mujeres bonitas como yo. Terry le dice: Sí, me agradó conocerlo aquella noche a tu hermano, y la verdad, me siento alagado que me vea como un ejemplo de hombre a seguir… la verdad se siente bien, pero… lamentablemente no soy de estar detrás de un ordenador. Pues deberías de leer alguna de sus historias que publica en los foros, ahora ultimo escribió una en donde su héroe de leyenda, ósea tú, se enamora de una mujer a quien no había vuelto a ver después de muchos años. ¿Y a que no sabes quién es esa mujer a quien no ve después de mucho tiempo el héroe de aquella historia?. Terry tenía el presentimiento que el autor de la historia se refería a la mujer que hace unos minutos atrás le había prometido matrimonio y fidelidad, y luego le dice: ¿Eres tú, verdad?. Ella le asiente con la cabeza, acompañada de un semblante alegre… pero luego se le empieza a difuminar ese rostro de alegría, mostrando ahora un rostro atribulado, ya que, presentía que su hermano menor en años había sido contaminado de manera reiterada por los mismos individuos que la atormentaron en Kanazawa, Japón, terminando Markus con misteriosas dolencias en su cuerpo. ¿Y ahora, porque muestras esa cara?. Solo pensaba en la salud de mi querido hermano. Tu tranquila Raquel, ya te dije que Markus se va a sentir mejor viviendo en la casa en donde se encuentra mi hermano Andy quien es casi tan fuerte como yo, y su novia Mai quien es tan fuerte como él, y casi tan hermosa como la mujer a quien le hice importantes promesas el día de hoy. – Terry – dijo ella, quien sentía el pulgar de la mano derecha de Terry acariciar su mejilla. Así es Racheal, y son promesas que pienso cumplir contigo, como tu varón, ¿Ok?. El rostro de la exuberante guerrera americana vuelve a rebosar de alegría, y arrojándose a sus brazos le dice a su cariñoso lobo: ¡Siempre seré tuya Terry!.

Continuara en una Próxima Historia.
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